- Acude a entrevistas y reuniones con una buena predisposición. Mostrarse abierto a escuchar y comprender al interlocutor es clave para llegar a un buen entendimiento. Tendrás que olvidarte de las prisas y dejar de lado nervios y preocupaciones. Solo así lograrás sentarte ante tu interlocutor con los oídos abiertos y la mente despierta.
- Mantén la calma: gana comprensión y seguridad. Si no estás atento al discurso de tu interlocutor, difícilmente podrás captar el contenido de la charla y responder con precisión y agilidad. Prestando atención a la conversación te sentirás más seguro en lo global y tu interlocutor sabrá que sus palabras son importantes para ti. Evita, en la medida de lo posible, que tengan que repetirte conceptos y explicaciones.
- Muestra una actitud gestual positiva. Asentir con la cabeza y sonreír de manera suave son dos gestos básicos para que el entrevistador se sienta cómodo contigo y capte que estás atento. Los gestos de aburrimiento, enfado o desinterés no causarán, en absoluto, una buena impresión al reclutador.
- Participa en la conversación. Es importante no tener miedo a intervenir para aclarar ciertos puntos o comentar temas que sean de interés mutuo. Al final de la entrevista, puedes proponer un resumen de las cuestiones más importantes. De esta manera, el interlocutor se dará cuenta de que has entendido su mensaje y el tiempo del encuentro habrá sido provechoso para ambos.
- Escucha para saber más. Prestando atención a las personas, ya sea en el momento de la entrevista o en el de una reunión de trabajo, ganarás tú. Permitir que otro exponga sus argumentos te ayudará a descubrir rasgos fundamentales sobre sus opiniones y su personalidad.
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Lorenayuno
Hablar en tono adecuado No hablar todo a la vez Saber escuchar antes de responder No interrumpir y tener paciencia Saber preguntar No mirar el reloj
- Acude a entrevistas y reuniones con una buena predisposición. Mostrarse abierto a escuchar y comprender al interlocutor es clave para llegar a un buen entendimiento. Tendrás que olvidarte de las prisas y dejar de lado nervios y preocupaciones. Solo así lograrás sentarte ante tu interlocutor con los oídos abiertos y la mente despierta.
- Mantén la calma: gana comprensión y seguridad. Si no estás atento al discurso de tu interlocutor, difícilmente podrás captar el contenido de la charla y responder con precisión y agilidad. Prestando atención a la conversación te sentirás más seguro en lo global y tu interlocutor sabrá que sus palabras son importantes para ti. Evita, en la medida de lo posible, que tengan que repetirte conceptos y explicaciones.
- Muestra una actitud gestual positiva. Asentir con la cabeza y sonreír de manera suave son dos gestos básicos para que el entrevistador se sienta cómodo contigo y capte que estás atento. Los gestos de aburrimiento, enfado o desinterés no causarán, en absoluto, una buena impresión al reclutador.
- Participa en la conversación. Es importante no tener miedo a intervenir para aclarar ciertos puntos o comentar temas que sean de interés mutuo. Al final de la entrevista, puedes proponer un resumen de las cuestiones más importantes. De esta manera, el interlocutor se dará cuenta de que has entendido su mensaje y el tiempo del encuentro habrá sido provechoso para ambos.
- Escucha para saber más. Prestando atención a las personas, ya sea en el momento de la entrevista o en el de una reunión de trabajo, ganarás tú. Permitir que otro exponga sus argumentos te ayudará a descubrir rasgos fundamentales sobre sus opiniones y su personalidad.
No hablar todo a la vez
Saber escuchar antes de responder
No interrumpir y tener paciencia
Saber preguntar
No mirar el reloj