El recreo Las niñas y los niños de quinto grado estaban emocionados; ya había pasado casi la mitad de la jornada escolar y pronto podrían divertirse, junto con los otros estudiantes de la escuela Mientras la profesora Juliana terminaba de revisar algunas actividades, se escucharon unas voces exclamando: "¡Ya queremos que llegue el recreo!". En poco tiempo, todos, niñas y niños, se contagiaron y la frase";Ya queremos que llegue el recreo!", volvió a sonar en el salón y vibró en todo el colegio Cuando el director escuchó estas voces, llamó a los profesores y les dijo: "Ningún estudiante saldrá hoy al recreo, porque han ocasionado destrozos!". Era obvio, el director estaba enfadado porque un grupo de niñas y niños que habían estado jugando fútbol y vóley el día anterior rompieron algunas lunas de las aulas cercanas al patio. Por ello, el director había dispuesto que los estudiantes se quedaran en su aula hasta la hora de salida, así podrían reflexionar sobre sus actos y aprenderían a tener más cuidado con el mobiliario de la escuela. La profesora de quinto grado expresó su desacuerdo con lo dispuesto en ese momento por el director de la escuela. Ella se acercó y, con mucho respeto, le manifestó que el recreo era un espacio importante para los estudiantes, ya que allí ellos podían organizarse de forma libre, jugar, conocer a estudiantes de otros grados; además, les da acceso a otras oportunidades para el diálogo. Así empezó el debate entre dos grupos de profesores, uno que apoyaba la posición del director y otro que mantenía un planteamiento distinto
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