Los daños del alcohol en el hígado són múltiples y pueden venir determinados por la cantidad de alcohol consumida (cuando el hígado no sufre de ninguna otra patología) o por el simple consumo, aunque sea leve, cuando ya hay una hepatopatía de base. En este artículo describimos los daños del alcohol en el hígado y la importancia de prevenirlos.
El alcohol es una de las principales causas de enfermedad hepática crónica en España y en todo el mundo. Su consumo está relacionado con acontecimientos sociales (celebraciones, reuniones familiares o con amigos, publicidad que vincula el alcohol con el éxito) y con aspectos legales (la ley prohíbe el suministro de alcohol a los menores de 18 años, pero no consigue impedir el acceso a esta sustancia a la población más joven).
¿Qué proceso sigue el alcohol en el cuerpo?
Los daños del alcohol en el hígado - Hepatitis España
El alcohol se consume generalmente por vía oral, y pasa por el tubo digestivo hasta el estómago. La mucosa del estómago absorbe una parte de este alcohol (cerca de un 20%) y el 80% restante pasa al intestino. En cualquier caso, llega a la sangre en pocos minutos y, posteriormente, llega al hígado.
El hígado se encarga se metabolizar el alcohol. La metabolización es el proceso de convertir una sustancia para que no cause daños en el cuerpo y pueda ser correctamente procesada.
En el hígado existen varias enzimas que metabolizan el alcohol, la más importante de las cuáles es la alcohol-deshidrogenasa (ADH). Ésta sustancia convierte el etanol en acetaldehído y, posteriormente, en acetato.
Existen diferencias en este proceso: los hombres tienen mayor resistencia al alcohol que las mujeres y, además, hay diferencias genéticas que pueden facilitar o complicar la metabolización e, incluso, hacer que una persona esté más expuesta a desarrollar dependencia del alcohol.
Además esta sustancia, cuando se consume en gran cantidad, llega al cerebro y provoca los síntomas de la embriaguez: visión borrosa, inestabilidad en la marcha, lentitud de reflejos y desinhibición social. La acción deshidratante del alcohol es la responsable de la resaca que aparece horas después de haber bedido en exceso.
Los daños del alcohol en el hígado són múltiples y pueden venir determinados por la cantidad de alcohol consumida (cuando el hígado no sufre de ninguna otra patología) o por el simple consumo, aunque sea leve, cuando ya hay una hepatopatía de base. En este artículo describimos los daños del alcohol en el hígado y la importancia de prevenirlos.
El alcohol es una de las principales causas de enfermedad hepática crónica en España y en todo el mundo. Su consumo está relacionado con acontecimientos sociales (celebraciones, reuniones familiares o con amigos, publicidad que vincula el alcohol con el éxito) y con aspectos legales (la ley prohíbe el suministro de alcohol a los menores de 18 años, pero no consigue impedir el acceso a esta sustancia a la población más joven).
¿Qué proceso sigue el alcohol en el cuerpo?
Los daños del alcohol en el hígado - Hepatitis España
El alcohol se consume generalmente por vía oral, y pasa por el tubo digestivo hasta el estómago. La mucosa del estómago absorbe una parte de este alcohol (cerca de un 20%) y el 80% restante pasa al intestino. En cualquier caso, llega a la sangre en pocos minutos y, posteriormente, llega al hígado.
El hígado se encarga se metabolizar el alcohol. La metabolización es el proceso de convertir una sustancia para que no cause daños en el cuerpo y pueda ser correctamente procesada.
En el hígado existen varias enzimas que metabolizan el alcohol, la más importante de las cuáles es la alcohol-deshidrogenasa (ADH). Ésta sustancia convierte el etanol en acetaldehído y, posteriormente, en acetato.
Existen diferencias en este proceso: los hombres tienen mayor resistencia al alcohol que las mujeres y, además, hay diferencias genéticas que pueden facilitar o complicar la metabolización e, incluso, hacer que una persona esté más expuesta a desarrollar dependencia del alcohol.
Además esta sustancia, cuando se consume en gran cantidad, llega al cerebro y provoca los síntomas de la embriaguez: visión borrosa, inestabilidad en la marcha, lentitud de reflejos y desinhibición social. La acción deshidratante del alcohol es la responsable de la resaca que aparece horas después de haber bedido en exceso.