Los adolescentes realizan actos que, en principio, nos pueden parecer nimiedades y a los que quizá no demos excesiva importancia: un día copian en un examen, otro "fardan" de haber robado un colorete en unos grandes almacenes o es el héroe de la pandilla por ir a una fiesta tras haber mentido a los padres. Podemos pensar, "cosas de adolescentes"; sí, por supuesto, pero de adolescentes irresponsables.
Inculcar el sentido de la responsabilidad a los adolescentes requiere dar explicación a determinados comportamientos para que ellos puedan asumir las consecuencias de sus actos. La responsabilidad tiene dos requisitos: libertad y norma.
Los requisitos de la responsabilidad en los adolescentes
La responsabilidad alude a la virtud o disposición habitual de asumir las consecuencias de las propias decisiones, respondiendo de ellas en todo momento. Pero, para que pueda darse alguna responsabilidad son necesarios, al menos, dos requisitos:
- La libertad: para que exista responsabilidad las acciones han de ser realizadas libremente. En este sentido, ni los animales, ni los locos, ni los niños pequeños son responsables de sus actos pues carecen de uso de razón y éste es imprescindible para la libertad.
- La norma: debe existir una norma desde la que se puedan juzgar los hechos realizados. Pueden ser las normas establecidas en casa por los padres, las leyes del Estado o las normas morales por las que se rige cada persona.
Artículo relacionado:
- Los adolescentes rebeldes y los padres-policía
Para reconocer algo, primero hay que conocerlo
Un error frecuente es exigirles a nuestros hijos comportamientos que no "les hemos explicado" previamente. Así, por ejemplo, podemos prohibirle a un hijo que vea la televisión entre semana "porque soy tu padre y aquí se hace lo que yo digo". Lógicamente, en la primera oportunidad que se encuentre solo, no dudará en poner su serie favorita, pues ya se siente mayor y su razonamiento será: "La veo porque me da la gana".
Si por el contrario, le explicamos que si llega del colegio y antes de la cena tan solo cuenta, en el mejor de los casos, con tres horas para hacer sus deberes -en la ESO llevan bastantes tareas para casa- y dedica un tercio a ver la televisión, más un rato para hablar por teléfono con los amigos, otro para merendar, unos minutos para organizar la tarea, etc., etc., le quedará una hora escasa por lo que, probablemente, no logrará terminar a tiempo. Esta explicación, en la que el hijo intuye que buscamos su bien y no imponer nuestra voluntad, le ayudará a razonar y a comprender que "a diario no es recomendable perder el tiempo delante de la televisión".
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Hola cómo estás,esperohaberteayudadosi no es lo que buscas me avisas
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Los adolescentes realizan actos que, en principio, nos pueden parecer nimiedades y a los que quizá no demos excesiva importancia: un día copian en un examen, otro "fardan" de haber robado un colorete en unos grandes almacenes o es el héroe de la pandilla por ir a una fiesta tras haber mentido a los padres. Podemos pensar, "cosas de adolescentes"; sí, por supuesto, pero de adolescentes irresponsables.
Inculcar el sentido de la responsabilidad a los adolescentes requiere dar explicación a determinados comportamientos para que ellos puedan asumir las consecuencias de sus actos. La responsabilidad tiene dos requisitos: libertad y norma.
Los requisitos de la responsabilidad en los adolescentes
La responsabilidad alude a la virtud o disposición habitual de asumir las consecuencias de las propias decisiones, respondiendo de ellas en todo momento. Pero, para que pueda darse alguna responsabilidad son necesarios, al menos, dos requisitos:
- La libertad: para que exista responsabilidad las acciones han de ser realizadas libremente. En este sentido, ni los animales, ni los locos, ni los niños pequeños son responsables de sus actos pues carecen de uso de razón y éste es imprescindible para la libertad.
- La norma: debe existir una norma desde la que se puedan juzgar los hechos realizados. Pueden ser las normas establecidas en casa por los padres, las leyes del Estado o las normas morales por las que se rige cada persona.
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Para reconocer algo, primero hay que conocerlo
Un error frecuente es exigirles a nuestros hijos comportamientos que no "les hemos explicado" previamente. Así, por ejemplo, podemos prohibirle a un hijo que vea la televisión entre semana "porque soy tu padre y aquí se hace lo que yo digo". Lógicamente, en la primera oportunidad que se encuentre solo, no dudará en poner su serie favorita, pues ya se siente mayor y su razonamiento será: "La veo porque me da la gana".
Si por el contrario, le explicamos que si llega del colegio y antes de la cena tan solo cuenta, en el mejor de los casos, con tres horas para hacer sus deberes -en la ESO llevan bastantes tareas para casa- y dedica un tercio a ver la televisión, más un rato para hablar por teléfono con los amigos, otro para merendar, unos minutos para organizar la tarea, etc., etc., le quedará una hora escasa por lo que, probablemente, no logrará terminar a tiempo. Esta explicación, en la que el hijo intuye que buscamos su bien y no imponer nuestra voluntad, le ayudará a razonar y a comprender que "a diario no es recomendable perder el tiempo delante de la televisión".
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Hola cómo estás, espero haberte ayudado si no es lo que buscas me avisas