Cuando la frecuencia de contacto de los pelos es alta, la planta cierra rápidamente sus hojas y atrapa en su interior al insecto, que será descompuesto mediante enzimas específicas segregadas por la planta para realizar su digestión.
Ejemplos de la función de relación en los seres vivos
Existen múltiples ejemplos sobre cómo se lleva a cabo la función de relación en animales y plantas, por lo que, en este apartado, hablaremos de dos casos especiales donde animales y plantas integran la función de relación en sus funciones vitales, concretamente para su alimentación.
Ejemplo de la función de relación en los animales
El primero es el caso de los murciélagos que utilizan la ecolocalización, un sistema de percepción del medio a través del eco de ondas de sonido que rebotan sobre objetos y devuelven información acerca de la distancia y tamaño de dichos objetos. Es habitual en animales nocturnos como los murciélagos, pero también está presente en muchas especies con otro tipo de hábitos, por ejemplo, las ballenas o delfines. En el caso de los murciélagos, lo que ocurre es que contraen los músculos de la laringe para emitir sonidos imperceptibles al oído humano y estas ondas rebotan en los insectos de los que se alimentan o contra objetos que deben ubicar, devolviendo la información en forma de señales a los oídos de los murciélagos acerca de la ubicación.
Ejemplo de la función de relación en los animales
Otro caso que merece especial mención es el de las plantas carnívoras, como la venus atrapamoscas (Dionaea muscipula). Las plantas carnívoras suelen alimentarse de nutrientes y minerales que extraen del suelo, pero cuando estos escasean, están dotadas de un sistema de percepción de insectos en sus hojas. Según algunos estudios, la venus atrapamoscas cuenta con una serie de pelos que actúan como sensores en las superficies de sus hojas y son capaces de “contar” las veces que estos pelos han sido rozados por la potencial presa, para así conocer si es o no viable invertir la cantidad de energía que les supone alimentarse de este tipo de presa. Cuando la frecuencia de contacto de los pelos es alta, la planta cierra rápidamente sus hojas y atrapa en su interior al insecto, que será descompuesto mediante enzimas específicas segregadas por la planta para realizar su digestión
Ejemplo de la función de relación en los animales
Cuando la frecuencia de contacto de los pelos es alta, la planta cierra rápidamente sus hojas y atrapa en su interior al insecto, que será descompuesto mediante enzimas específicas segregadas por la planta para realizar su digestión.
Respuesta:
Ejemplos de la función de relación en los seres vivos
Existen múltiples ejemplos sobre cómo se lleva a cabo la función de relación en animales y plantas, por lo que, en este apartado, hablaremos de dos casos especiales donde animales y plantas integran la función de relación en sus funciones vitales, concretamente para su alimentación.
Ejemplo de la función de relación en los animales
El primero es el caso de los murciélagos que utilizan la ecolocalización, un sistema de percepción del medio a través del eco de ondas de sonido que rebotan sobre objetos y devuelven información acerca de la distancia y tamaño de dichos objetos. Es habitual en animales nocturnos como los murciélagos, pero también está presente en muchas especies con otro tipo de hábitos, por ejemplo, las ballenas o delfines. En el caso de los murciélagos, lo que ocurre es que contraen los músculos de la laringe para emitir sonidos imperceptibles al oído humano y estas ondas rebotan en los insectos de los que se alimentan o contra objetos que deben ubicar, devolviendo la información en forma de señales a los oídos de los murciélagos acerca de la ubicación.
Ejemplo de la función de relación en los animales
Otro caso que merece especial mención es el de las plantas carnívoras, como la venus atrapamoscas (Dionaea muscipula). Las plantas carnívoras suelen alimentarse de nutrientes y minerales que extraen del suelo, pero cuando estos escasean, están dotadas de un sistema de percepción de insectos en sus hojas. Según algunos estudios, la venus atrapamoscas cuenta con una serie de pelos que actúan como sensores en las superficies de sus hojas y son capaces de “contar” las veces que estos pelos han sido rozados por la potencial presa, para así conocer si es o no viable invertir la cantidad de energía que les supone alimentarse de este tipo de presa. Cuando la frecuencia de contacto de los pelos es alta, la planta cierra rápidamente sus hojas y atrapa en su interior al insecto, que será descompuesto mediante enzimas específicas segregadas por la planta para realizar su digestión