Se da a raíz del comienzo de la adolescencia, etapa en la que se actúa según lo “socialmente aceptado”.
a) Orientación del niño bueno
Expectativas, relaciones y conformidad interpersonal. Esta etapa se empieza a ver en la preadolescencia o en la adolescencia, etapa en la que el niño empieza a ponerse en el lugar del otro y valoran los actos según ayuden o sean aprobados por los demás.
Persiguen sus intereses personales pero sin hacer daño a los demás, esperando más de uno mismo y de los demás.
Nos mueve el querer agradar y ser querido por los demás, cumpliendo las expectativas que las personas tienen de nosotros. “Si tú haces algo por mí, yo haré algo por ti” sería la frase que reflejaría esta etapa.
Lo justo es vivir de acuerdo a lo que los demás esperan de uno mismo, preocuparse por los demás, ser buena persona y mantener relaciones de confianza, lealtad, respeto y gratitud.
b) Preocupación y conciencia sociales
Sistema social y conciencia. Aquí las personas son leales a las leyes, respetan a la autoridad y las normas sociales. Hay que actuar con justicia para el correcto funcionamiento de las instituciones, para evitar la disolución del sistema y cumplir las obligaciones.
Aquí empieza la autonomía moral, donde se cumplen las normas de manera responsable pero porque saben que suponen un bien común, comprometiéndose personalmente. Las leyes deben cumplirse salvo cuando entran en conflicto con otros deberes sociales establecidos.
Lo justo es cumplir los deberes que previamente se han aceptado ante el grupo. Kohlberg considera que la mayoría de personas adultas se quedan en este estadio.
Nivel 2. Moral convencional
Se da a raíz del comienzo de la adolescencia, etapa en la que se actúa según lo “socialmente aceptado”.
a) Orientación del niño bueno
Expectativas, relaciones y conformidad interpersonal. Esta etapa se empieza a ver en la preadolescencia o en la adolescencia, etapa en la que el niño empieza a ponerse en el lugar del otro y valoran los actos según ayuden o sean aprobados por los demás.
Persiguen sus intereses personales pero sin hacer daño a los demás, esperando más de uno mismo y de los demás.
Nos mueve el querer agradar y ser querido por los demás, cumpliendo las expectativas que las personas tienen de nosotros. “Si tú haces algo por mí, yo haré algo por ti” sería la frase que reflejaría esta etapa.
Lo justo es vivir de acuerdo a lo que los demás esperan de uno mismo, preocuparse por los demás, ser buena persona y mantener relaciones de confianza, lealtad, respeto y gratitud.
b) Preocupación y conciencia sociales
Sistema social y conciencia. Aquí las personas son leales a las leyes, respetan a la autoridad y las normas sociales. Hay que actuar con justicia para el correcto funcionamiento de las instituciones, para evitar la disolución del sistema y cumplir las obligaciones.
Aquí empieza la autonomía moral, donde se cumplen las normas de manera responsable pero porque saben que suponen un bien común, comprometiéndose personalmente. Las leyes deben cumplirse salvo cuando entran en conflicto con otros deberes sociales establecidos.
Lo justo es cumplir los deberes que previamente se han aceptado ante el grupo. Kohlberg considera que la mayoría de personas adultas se quedan en este estadio.