Durante el siglo XIX en Latinoamérica, eran pocas las instituciones que impartían educación formalmente. Su mayoría ya eran enfocadas hacia los estudios universitarios. Los profesores eran personas educadas en Europa y con grandes conocimientos en todas las áreas, la educación de entonces era muy general, sobre todo en temas de alfabetización y lo que conocemos hoy día como primaria y secundaria.
No había una institución más allá de la corona que pudiese dar fe de la docencia de una persona, además, su popularidad daba razón de confianza a que sería un buen profesor. Personas adineradas eran las que podían costearse clases privadas y el ingreso a universidades pasaba por grandes filtros sociales o monetarios. De tal forma que la educación permaneciese como cosa de élites.
Durante el siglo XIX en Latinoamérica, eran pocas las instituciones que impartían educación formalmente. Su mayoría ya eran enfocadas hacia los estudios universitarios. Los profesores eran personas educadas en Europa y con grandes conocimientos en todas las áreas, la educación de entonces era muy general, sobre todo en temas de alfabetización y lo que conocemos hoy día como primaria y secundaria.
No había una institución más allá de la corona que pudiese dar fe de la docencia de una persona, además, su popularidad daba razón de confianza a que sería un buen profesor. Personas adineradas eran las que podían costearse clases privadas y el ingreso a universidades pasaba por grandes filtros sociales o monetarios. De tal forma que la educación permaneciese como cosa de élites.