esto es la respuesta de porque los cristianos tienen que ser santos
Está muy claro en las enseñanzas de las Escrituras que ningún Cristiano está libre de pecado (1 Juan 1:8-10), pero también está claro que Dios espera que el verdadero creyente no peque habitualmente. "Todo aquel que es nacido de Dios, no practica el pecado, porque la simiente de Dios permanece en él; y no puede pecar, porque es nacido de Dios" (3:9).
La "práctica" del pecado es pecar como una forma de vida. Una persona no salva vive una vida de pecado habitual. El pecado de la incredulidad es una cosa normal para la persona perdida. Un creyente verdadero no vive en pecado habitual. Él puede cometer pecados ocasionales, pero él no lo hará una práctica habitual.
La palabra "santa", "santidad", "santo" y "santificar" viene de una raíz Griega que significa "apartado para Dios". El creyente en el Señor Jesucristo es separado para Dios por el Espíritu Santo. El "santo" es una persona apartada para Dios, disfrutando de una posición santa delante de Dios en Cristo Jesús, con la obligación de vivir una vida santa (1 Ped. 1:15-16).
La evidencia del nuevo nacimiento es el comportamiento justo en la vida del creyente. La santificación es evidente en un cambio de vida. Dios nos cambia de adentro hacia afuera (2 Cor. 5:17).
J.C. Ryle en su libro sobre la santidad dio ocho razones por la que la santidad es necesaria en la vida del Cristiano (Santidad, pp. 40-44).
1. Dios ordena que el cristiano sea santo (1 Pedro 1:14-16; Lev. 11:44-45, 19:2; 20:7). Dijo Dios: "Sed santos, porque yo soy santo." Sed santos, y no conforme al deseo del mal. La santidad de Dios expresa Su perfección divina. Su naturaleza intima es santa, y un Dios santo llama a un pueblo santo (1 Cor. 6:19; 1 Ped. 2:9, 1 Cor. 1:2).
Una vida santa exige determinación (Romanos 12:1). El cristiano es responsable de su vida interior y caminar exterior. Todas las áreas de nuestra vida deben estar en el proceso de ser conformados a la imagen de Jesucristo. El pecado es anormal y antinatural para el creyente. El cristiano no experimenta la vida sin pecado perfectamente en esta tierra (1 Juan 1:8, 10), sin embargo nosotros vencemos el pecado a través del poder del Espíritu Santo (Gálatas 5:16-21).
esto es la respuesta de porque los cristianos tienen que ser santos
Está muy claro en las enseñanzas de las Escrituras que ningún Cristiano está libre de pecado (1 Juan 1:8-10), pero también está claro que Dios espera que el verdadero creyente no peque habitualmente. "Todo aquel que es nacido de Dios, no practica el pecado, porque la simiente de Dios permanece en él; y no puede pecar, porque es nacido de Dios" (3:9).
La "práctica" del pecado es pecar como una forma de vida. Una persona no salva vive una vida de pecado habitual. El pecado de la incredulidad es una cosa normal para la persona perdida. Un creyente verdadero no vive en pecado habitual. Él puede cometer pecados ocasionales, pero él no lo hará una práctica habitual.
La palabra "santa", "santidad", "santo" y "santificar" viene de una raíz Griega que significa "apartado para Dios". El creyente en el Señor Jesucristo es separado para Dios por el Espíritu Santo. El "santo" es una persona apartada para Dios, disfrutando de una posición santa delante de Dios en Cristo Jesús, con la obligación de vivir una vida santa (1 Ped. 1:15-16).
La evidencia del nuevo nacimiento es el comportamiento justo en la vida del creyente. La santificación es evidente en un cambio de vida. Dios nos cambia de adentro hacia afuera (2 Cor. 5:17).
J.C. Ryle en su libro sobre la santidad dio ocho razones por la que la santidad es necesaria en la vida del Cristiano (Santidad, pp. 40-44).
1. Dios ordena que el cristiano sea santo (1 Pedro 1:14-16; Lev. 11:44-45, 19:2; 20:7). Dijo Dios: "Sed santos, porque yo soy santo." Sed santos, y no conforme al deseo del mal. La santidad de Dios expresa Su perfección divina. Su naturaleza intima es santa, y un Dios santo llama a un pueblo santo (1 Cor. 6:19; 1 Ped. 2:9, 1 Cor. 1:2).
Una vida santa exige determinación (Romanos 12:1). El cristiano es responsable de su vida interior y caminar exterior. Todas las áreas de nuestra vida deben estar en el proceso de ser conformados a la imagen de Jesucristo. El pecado es anormal y antinatural para el creyente. El cristiano no experimenta la vida sin pecado perfectamente en esta tierra (1 Juan 1:8, 10), sin embargo nosotros vencemos el pecado a través del poder del Espíritu Santo (Gálatas 5:16-21).