En Bogotá, Cali, Medellín, entre otras decenas de ciudades de Colombia, miles de estudiantes, trabajadores, jubilados, miembros de sindicatos entre otros grupos de ciudadanos marchan para exigirle cambios al Gobierno de Iván Duque. Las protestas entran en su tercera semana y en medio de conversaciones hasta ahora infructuosas.
Las manifestaciones, que han registrado escenas de violencia principalmente al caer la noche, fueron inicialmente impulsadas por la cancelada reforma tributaria. Pero esa fue solo la última gota que colmó la paciencia de los ciudadanos. Las demandas se extienden.
En la capital colombiana, desde tempranas horas del día, cientos de personas se congregaron con camisetas blancas, globos y banderas que ondearon para recordar estas exigencias. "La finalidad del paro que estamos desarrollando desde el 28 de abril es exigirle al Gobierno Nacional la negociación del pliego de emergencia que le radicamos en junio del año 2020 y garantías para la protesta social", aseguró el presidente de la Central Unitaria de Trabajadores (CUT), Francisco Maltés.
En Cali, la segunda ciudad del país, y una de las que ha llevado la peor parte de la violencia en el marco de las protestas, algunos de los ciudadanos resaltaron que se manifiestan por reclamos de larga data que aún no han sido escuchados.
Aunque son múltiples, las exigencias que más se escuchan en las calles es que se retire la reforma a la salud, haya apoyos económicos en momentos de crisis por la pandemia del Covid-19, medidas para contrarrestar la pobreza y la desigualdad que la nación ha afrontado por décadas, que se cumpla el Acuerdo de Paz de 2016, y haya cambios estructurales en la Policía.
Esta última petición ha crecido en los últimos días por las denuncias de presuntos abusos de las autoridades contra los manifestantes y que ha encendido las alarmas de organizaciones de derechos humanos dentro y fuera de Colombia. Al menos 40 personas han fallecido presuntamente a manos de la fuerza pública, según el último reporte de la ONG Temblores, que también registra 12 denuncias por agresiones sexuales y 28 víctimas de agresiones oculares. La Defensoría del Pueblo habla de 42 fallecidos y 168 casos de desaparecidos.
Las comunidades aborígenes, clave en las protestas antigubernamentales y que en la última semana se movilizaron hasta la ciudad de Cali provenientes principalmente del vecino departamento del Cauca, regresaron este miércoles a sus territorios.
La Minga Indígena señaló que desde allí continuarán participando en las manifestaciones para "construir una Colombia diferente, más justa, equitativa y democrática".
Su retorno se produce luego de que el fin de semana el colectivo fuera blanco de disparos por parte de civiles en la tercera ciudad más poblada del país, mientras mantenían bloqueadas algunos de sus sectores.
El presidente Duque solicitó entonces al Consejo Regional Indígena del Cauca (CRIC), que agrupa el 90% de las comunidades indígenas de esa región suroccidental del país, que retornaran a sus resguardos "para evitar confrontaciones innecesarias".
Horas antes de partir, el CRIC rechazó "contundentemente" las negociaciones que el Comité Nacional del Paro adelantó con el Gobierno de Iván Duque. “Este no representa ni recogen a la movilización popular que, si bien empezó tras su convocatoria el 28 de abril, ha sido liderada de manera autónoma por ciudadanos de a pie que por siglos han venido sufriendo el abandono estatal”, señaló la organización en un comunicado.
La Minga Indígena tiene un pliego de peticiones que, a las exigencias mencionadas, se suman otras como su postura contra el fracking y las fumigaciones con glifosato, que el Gobierno busca reanudar.
Como resultado de las protestas, la Administración de Duque retiró la polémica tributaria el pasado 2 de mayo, aunque aún está en discusión otro proyecto para llenar los vacíos de las arcas públicas con el fin de afrontar la crisis de la pandemia, asegura el Gobierno.
Además, el martes, el mandatario anunció educación superior pública gratuita para jóvenes de los estratos económicos menos favorecidos, decisión que fue bien recibida por varios sectores. Sin embargo, también se encontró con algunas críticas desde la oposición.
Gustavo Petro, senador de izquierda y conocido crítico del mandatario colombiano, reprochó que el jefe de Estado hiciera referencia a la denominada “matrícula cero” solo para el segundo semestre escolar de este 2021 y reclamó que la medida sea permanente.
Los bloqueos por algunas de las principales carreteras del país, en el marco de las protestas, mantienen los desabastecimientos de combustible y alimentos en ciertos puntos de algunas ciudades, sin que aún se vislumbre una solución próxima.
El Comité Nacional del Paro aseguró que no volverá a la mesa de diálogos con el Gobierno hasta que las fuerzas armadas sean retiradas de las calles.
En Bogotá, Cali, Medellín, entre otras decenas de ciudades de Colombia, miles de estudiantes, trabajadores, jubilados, miembros de sindicatos entre otros grupos de ciudadanos marchan para exigirle cambios al Gobierno de Iván Duque. Las protestas entran en su tercera semana y en medio de conversaciones hasta ahora infructuosas.
Las manifestaciones, que han registrado escenas de violencia principalmente al caer la noche, fueron inicialmente impulsadas por la cancelada reforma tributaria. Pero esa fue solo la última gota que colmó la paciencia de los ciudadanos. Las demandas se extienden.
En la capital colombiana, desde tempranas horas del día, cientos de personas se congregaron con camisetas blancas, globos y banderas que ondearon para recordar estas exigencias. "La finalidad del paro que estamos desarrollando desde el 28 de abril es exigirle al Gobierno Nacional la negociación del pliego de emergencia que le radicamos en junio del año 2020 y garantías para la protesta social", aseguró el presidente de la Central Unitaria de Trabajadores (CUT), Francisco Maltés.
En Cali, la segunda ciudad del país, y una de las que ha llevado la peor parte de la violencia en el marco de las protestas, algunos de los ciudadanos resaltaron que se manifiestan por reclamos de larga data que aún no han sido escuchados.
Aunque son múltiples, las exigencias que más se escuchan en las calles es que se retire la reforma a la salud, haya apoyos económicos en momentos de crisis por la pandemia del Covid-19, medidas para contrarrestar la pobreza y la desigualdad que la nación ha afrontado por décadas, que se cumpla el Acuerdo de Paz de 2016, y haya cambios estructurales en la Policía.
Esta última petición ha crecido en los últimos días por las denuncias de presuntos abusos de las autoridades contra los manifestantes y que ha encendido las alarmas de organizaciones de derechos humanos dentro y fuera de Colombia. Al menos 40 personas han fallecido presuntamente a manos de la fuerza pública, según el último reporte de la ONG Temblores, que también registra 12 denuncias por agresiones sexuales y 28 víctimas de agresiones oculares. La Defensoría del Pueblo habla de 42 fallecidos y 168 casos de desaparecidos.
Las comunidades aborígenes, clave en las protestas antigubernamentales y que en la última semana se movilizaron hasta la ciudad de Cali provenientes principalmente del vecino departamento del Cauca, regresaron este miércoles a sus territorios.
La Minga Indígena señaló que desde allí continuarán participando en las manifestaciones para "construir una Colombia diferente, más justa, equitativa y democrática".
Su retorno se produce luego de que el fin de semana el colectivo fuera blanco de disparos por parte de civiles en la tercera ciudad más poblada del país, mientras mantenían bloqueadas algunos de sus sectores.
El presidente Duque solicitó entonces al Consejo Regional Indígena del Cauca (CRIC), que agrupa el 90% de las comunidades indígenas de esa región suroccidental del país, que retornaran a sus resguardos "para evitar confrontaciones innecesarias".
Horas antes de partir, el CRIC rechazó "contundentemente" las negociaciones que el Comité Nacional del Paro adelantó con el Gobierno de Iván Duque. “Este no representa ni recogen a la movilización popular que, si bien empezó tras su convocatoria el 28 de abril, ha sido liderada de manera autónoma por ciudadanos de a pie que por siglos han venido sufriendo el abandono estatal”, señaló la organización en un comunicado.
La Minga Indígena tiene un pliego de peticiones que, a las exigencias mencionadas, se suman otras como su postura contra el fracking y las fumigaciones con glifosato, que el Gobierno busca reanudar.
Como resultado de las protestas, la Administración de Duque retiró la polémica tributaria el pasado 2 de mayo, aunque aún está en discusión otro proyecto para llenar los vacíos de las arcas públicas con el fin de afrontar la crisis de la pandemia, asegura el Gobierno.
Además, el martes, el mandatario anunció educación superior pública gratuita para jóvenes de los estratos económicos menos favorecidos, decisión que fue bien recibida por varios sectores. Sin embargo, también se encontró con algunas críticas desde la oposición.
Gustavo Petro, senador de izquierda y conocido crítico del mandatario colombiano, reprochó que el jefe de Estado hiciera referencia a la denominada “matrícula cero” solo para el segundo semestre escolar de este 2021 y reclamó que la medida sea permanente.
Los bloqueos por algunas de las principales carreteras del país, en el marco de las protestas, mantienen los desabastecimientos de combustible y alimentos en ciertos puntos de algunas ciudades, sin que aún se vislumbre una solución próxima.
El Comité Nacional del Paro aseguró que no volverá a la mesa de diálogos con el Gobierno hasta que las fuerzas armadas sean retiradas de las calles.