La Virgen de Quito, también conocida bajo los nombres de Virgen del Apocalipsis, Virgen alada, Virgen bailarina y Virgen de Legarda,1 es una escultura de madera de 30 cm de alto, obra del artista quiteño Bernardo de Legarda, que se ha convertido en la mayor representante de las piezas creadas en el marco de la escuela quiteña, que se desarrolló en la capital ecuatoriana durante la época colonial, y que adquirió gran prestigio mundial.
La figura original fue concebida como una advocación de la Inmaculada Concepción y es venerada en el altar mayor de la iglesia de San Francisco, en Quito. Otra réplica producida por el mismo artista (Nuestra Señora de la Asunción de Popayán) pero de mayor tamaño, se encuentra en Popayán (Colombia) y representa la advocación de la Asunción de María, que es venerada en la Catedral de Nuestra Señora de la Asunción.
Según lo ha estudiado Patrizia Di Patre, el origen de la Virgen de Quito está íntimamente vinculado a la literatura quiteña barroca, particularmente al poeta Jacinto de Evia, y la relectura de mujeres clásicas con virtudes guerreras y virginales:
Las mujeres velocísimas [...] arcádicas y militantes, son siempre virginales, y llegan a prefigurar el tipo cristiano de la Virgen por excelencia. Al fundirse con otros elementos de la tradición cristiana, [...] terminan por componer un cuadro [...], una suerte de esquema fijo en el cual predomina la característica de las alas —señal de rapidez inconcebible—, primero figuradas y luego decididamente físicas, reales. El tratamiento eviano [de Jacinto de Evia] de la Virgen justifica el surgir de un cortejo imaginativo, y luego de una correspondiente plástica, acordes con este complejo metafórico. La “Virgen alada” del Panecillo no es, en conclusión, sino la expresión física de la figuración eviana [de Jacinto de Evia] (derivada de Góngora), un plasmar en imágenes lo que ya impresionaba desde los textos, y producía una bien determinada emotividad colectiva.5
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MelanieUwU1234
gracias auque no esta lo que queria pero igualmente gracias :D
Respuesta:
La Virgen de Quito, también conocida bajo los nombres de Virgen del Apocalipsis, Virgen alada, Virgen bailarina y Virgen de Legarda,1 es una escultura de madera de 30 cm de alto, obra del artista quiteño Bernardo de Legarda, que se ha convertido en la mayor representante de las piezas creadas en el marco de la escuela quiteña, que se desarrolló en la capital ecuatoriana durante la época colonial, y que adquirió gran prestigio mundial.
La figura original fue concebida como una advocación de la Inmaculada Concepción y es venerada en el altar mayor de la iglesia de San Francisco, en Quito. Otra réplica producida por el mismo artista (Nuestra Señora de la Asunción de Popayán) pero de mayor tamaño, se encuentra en Popayán (Colombia) y representa la advocación de la Asunción de María, que es venerada en la Catedral de Nuestra Señora de la Asunción.
Según lo ha estudiado Patrizia Di Patre, el origen de la Virgen de Quito está íntimamente vinculado a la literatura quiteña barroca, particularmente al poeta Jacinto de Evia, y la relectura de mujeres clásicas con virtudes guerreras y virginales:
Las mujeres velocísimas [...] arcádicas y militantes, son siempre virginales, y llegan a prefigurar el tipo cristiano de la Virgen por excelencia. Al fundirse con otros elementos de la tradición cristiana, [...] terminan por componer un cuadro [...], una suerte de esquema fijo en el cual predomina la característica de las alas —señal de rapidez inconcebible—, primero figuradas y luego decididamente físicas, reales. El tratamiento eviano [de Jacinto de Evia] de la Virgen justifica el surgir de un cortejo imaginativo, y luego de una correspondiente plástica, acordes con este complejo metafórico. La “Virgen alada” del Panecillo no es, en conclusión, sino la expresión física de la figuración eviana [de Jacinto de Evia] (derivada de Góngora), un plasmar en imágenes lo que ya impresionaba desde los textos, y producía una bien determinada emotividad colectiva.5