Cuando tenía 10 años, Swat, que era un precioso lugar turístico, se convirtió de repente en un nido de terrorismo. Más de 400 escuelas fueron destruidas. Se prohibió que las niñas fueran a la escuela. Las mujeres recibían palizas. Se mataba a personas inocentes. Todos sufríamos. Nuestros sueños maravillosos se convirtieron en pesadillas. La educación pasó de ser un derecho a ser un delito. Al cambiar de repente mi mundo, cambiaron también mis prioridades. Tenía dos opciones. Una era callarme y esperar a que me matasen. La otra, hablar alto y que me matasen. Entonces elegí la segunda opción. Decidí hablar en alto. No podíamos quedarnos sin hacer nada viendo cómo las injusticias de los terroristas se llevaban a cabo. Prohibiendo nuestros derechos humanos y matando a la gente brutalmente. Los terroristas trataron de detenernos y nos atacaron a mí y a mis amigas el 9 de octubre de 2012, pero sus balas no pudieron vencernos. Sobrevivimos. Y desde aquel día nuestras voces no han hecho más que crecer. Cuento mi historia no porque sea única, sino porque no lo es. Es la historia de muchas niñas. Hoy, cuento también sus historias.
Respuesta:
h t t p s : / / w w w . y o u t u b e . c o m / w a t c h ? v = v D - j s 9 r t O 8 Q
Explicación:
Es el discurso
Para verlo debes pegar las letra
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Cuando tenía 10 años, Swat, que era un precioso lugar turístico, se convirtió de repente en un nido de terrorismo. Más de 400 escuelas fueron destruidas. Se prohibió que las niñas fueran a la escuela. Las mujeres recibían palizas. Se mataba a personas inocentes. Todos sufríamos. Nuestros sueños maravillosos se convirtieron en pesadillas. La educación pasó de ser un derecho a ser un delito. Al cambiar de repente mi mundo, cambiaron también mis prioridades. Tenía dos opciones. Una era callarme y esperar a que me matasen. La otra, hablar alto y que me matasen. Entonces elegí la segunda opción. Decidí hablar en alto. No podíamos quedarnos sin hacer nada viendo cómo las injusticias de los terroristas se llevaban a cabo. Prohibiendo nuestros derechos humanos y matando a la gente brutalmente. Los terroristas trataron de detenernos y nos atacaron a mí y a mis amigas el 9 de octubre de 2012, pero sus balas no pudieron vencernos. Sobrevivimos. Y desde aquel día nuestras voces no han hecho más que crecer. Cuento mi historia no porque sea única, sino porque no lo es. Es la historia de muchas niñas. Hoy, cuento también sus historias.
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