El motivo? Todavía es común encontrar la explicación de que se debió al asesinato del archiduque Francisco Fernando de Habsburgo, heredero al trono del imperio, a mano de un terrorista serbio en Sarajevo, la capital de Bosnia-Herzegovina, ocurrido un mes antes. Este tipo de relatos buscan que la historia sea incomprensible para las grandes masas, remplazando las causas profundas de los grandes hechos históricos por un simple juego de “grandes personalidades”.
La verdad es que para ese entonces ya hacía por lo menos 25 años que las grandes potencias europeas se habían estado armando hasta los dientes, compitiendo entre sí. En un caso para patear el tablero del statu quo mundial e imponerse como poder hegemónico y así conquistar colonias y áreas de influencia, como pasaba con el Imperio Alemán, que utilizaba a su aliado Austria-Hungría, un imperio en decadencia y subordinado a Berlín. Pero esto solo podía lograrse a expensas del imperio en ese momento dominante, Gran Bretaña, que también tenía sus propios aliados subordinados, como Francia. El área geográfica de disputa inmediata entre todas las potencias era los Balcanes, el territorio que había estado dominado hasta poco tiempo antes por el Imperio Turco, que se fue hundiendo y desmembrando, y el sector de Europa Oriental que estaba bajo la bota del Imperio Ruso, también en acelerada decadencia luego de la revolución de 1905.
El 29 de junio de 1914, el archiduque Francisco Fernando, de Habsburgo, heredero del trono del imperio austrohúngaro fue asesinado en la ciudad de Sarajevo. Austria-Hungría acusó a Serbia de magnicidio y declara la guerra el 28 de julio. Rusia apoyó a Serbia, Alemania al imperio austro-húngaro y Francia a Rusia.
El motivo? Todavía es común encontrar la explicación de que se debió al asesinato del archiduque Francisco Fernando de Habsburgo, heredero al trono del imperio, a mano de un terrorista serbio en Sarajevo, la capital de Bosnia-Herzegovina, ocurrido un mes antes. Este tipo de relatos buscan que la historia sea incomprensible para las grandes masas, remplazando las causas profundas de los grandes hechos históricos por un simple juego de “grandes personalidades”.
La verdad es que para ese entonces ya hacía por lo menos 25 años que las grandes potencias europeas se habían estado armando hasta los dientes, compitiendo entre sí. En un caso para patear el tablero del statu quo mundial e imponerse como poder hegemónico y así conquistar colonias y áreas de influencia, como pasaba con el Imperio Alemán, que utilizaba a su aliado Austria-Hungría, un imperio en decadencia y subordinado a Berlín. Pero esto solo podía lograrse a expensas del imperio en ese momento dominante, Gran Bretaña, que también tenía sus propios aliados subordinados, como Francia. El área geográfica de disputa inmediata entre todas las potencias era los Balcanes, el territorio que había estado dominado hasta poco tiempo antes por el Imperio Turco, que se fue hundiendo y desmembrando, y el sector de Europa Oriental que estaba bajo la bota del Imperio Ruso, también en acelerada decadencia luego de la revolución de 1905.
El 29 de junio de 1914, el archiduque Francisco Fernando, de Habsburgo, heredero del trono del imperio austrohúngaro fue asesinado en la ciudad de Sarajevo. Austria-Hungría acusó a Serbia de magnicidio y declara la guerra el 28 de julio. Rusia apoyó a Serbia, Alemania al imperio austro-húngaro y Francia a Rusia.