Respuesta:
Gestionar riesgos supone desarrollar actividades clínicas y administrativas específicas para
controlar aquellos que se asocian inevitablemente a la atención sanitaria. La etapa del análisis
consiste en determinar la frecuencia, la importancia, la evitabilidad del riesgo y los factores
asociados a fin de priorizarlos y aplicar medidas preventivas. Por ello, debemos cuestionarnos:
¿cuál es el riesgo más grave?, ¿cuál es el más frecuente?, ¿es factible erradicarlo?, ¿por qué ha
ocurrido?, etc.1
.
El análisis de los riesgos identificados se debe realizar combinando la visión proactiva (para
poder identificar y prevenir riesgos potenciales) y la reactiva (analizando los incidentes que ya
han sucedido para evitar que se repitan)2
. Para ambos tipos de análisis (proactivo/reactivo)
existen una serie de herramientas de calidad, que en su origen procedían del mundo industrial,
pero que actualmente están perfectamente integradas en el mundo sanitario. Una vez
concluido el análisis, para completar el ciclo de la gestión de riesgos, es necesario comunicar
las propuestas de mejora, que pueden ser erradicadoras, si eliminan la posibilidad de daño
por completo, o paliativas (a veces hay que aceptar un cierto grado de riesgo por no ser
evitable o porque el beneficio obtenido compensa el riesgo)3
Explicación:
" Life is not a problem to be solved but a reality to be experienced! "
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Respuesta:
Gestionar riesgos supone desarrollar actividades clínicas y administrativas específicas para
controlar aquellos que se asocian inevitablemente a la atención sanitaria. La etapa del análisis
consiste en determinar la frecuencia, la importancia, la evitabilidad del riesgo y los factores
asociados a fin de priorizarlos y aplicar medidas preventivas. Por ello, debemos cuestionarnos:
¿cuál es el riesgo más grave?, ¿cuál es el más frecuente?, ¿es factible erradicarlo?, ¿por qué ha
ocurrido?, etc.1
.
El análisis de los riesgos identificados se debe realizar combinando la visión proactiva (para
poder identificar y prevenir riesgos potenciales) y la reactiva (analizando los incidentes que ya
han sucedido para evitar que se repitan)2
. Para ambos tipos de análisis (proactivo/reactivo)
existen una serie de herramientas de calidad, que en su origen procedían del mundo industrial,
pero que actualmente están perfectamente integradas en el mundo sanitario. Una vez
concluido el análisis, para completar el ciclo de la gestión de riesgos, es necesario comunicar
las propuestas de mejora, que pueden ser erradicadoras, si eliminan la posibilidad de daño
por completo, o paliativas (a veces hay que aceptar un cierto grado de riesgo por no ser
evitable o porque el beneficio obtenido compensa el riesgo)3
.
Explicación: