La guerra de Reforma, también conocida como la guerra de los Tres Años, aconteció en México del año de 1858 al 10 de enero de 1861.1 La nación estaba dividida en dos grandes partidos: liberales y conservadores; ambos luchaban por sus ideales. Se le atribuye la transformación social mexicana por la transición de la estructura política en la cual se buscó establecer el sistema capitalista democrático y terminar con el que había desde la Colonia y el Imperio. En este nuevo sistema, se formó un Estado nacional basado en el orden constitucional, en la necesidad del pueblo mexicano por una reestructuración al intentar terminar con los privilegios de las clases dominantes (igualdad ante la ley), la reactivación de la economía y la restauración del trabajo.2 Por un tiempo, los liberales y conservadores tuvieron gobiernos paralelos, con la sede del gobierno conservador en la Ciudad de México y los liberales en Veracruz.3 Con el transcurso de los años, la guerra se hizo más sangrienta y polarizó a la gente en la nación. La guerra terminó con la derrota definitiva de los conservadores en la batalla de Calpulalpan, Estado de México4 en 1861, y con Benito Juárez instalando su administración en la Ciudad de México. Una vez que el Congreso Constituyente había cumplido con su tarea de elaborar una nueva constitución, se hizo la convocatoria para realizar elecciones tanto de los poderes federales como los de los estados. Se reunió así el primer Congreso, que trabajaría ya bajo los principios de la Carta Magna de 1857.
La guerra de Reforma, también conocida como la guerra de los Tres Años, aconteció en México del año de 1858 al 10 de enero de 1861.1 La nación estaba dividida en dos grandes partidos: liberales y conservadores; ambos luchaban por sus ideales. Se le atribuye la transformación social mexicana por la transición de la estructura política en la cual se buscó establecer el sistema capitalista democrático y terminar con el que había desde la Colonia y el Imperio. En este nuevo sistema, se formó un Estado nacional basado en el orden constitucional, en la necesidad del pueblo mexicano por una reestructuración al intentar terminar con los privilegios de las clases dominantes (igualdad ante la ley), la reactivación de la economía y la restauración del trabajo.2 Por un tiempo, los liberales y conservadores tuvieron gobiernos paralelos, con la sede del gobierno conservador en la Ciudad de México y los liberales en Veracruz.3 Con el transcurso de los años, la guerra se hizo más sangrienta y polarizó a la gente en la nación. La guerra terminó con la derrota definitiva de los conservadores en la batalla de Calpulalpan, Estado de México4 en 1861, y con Benito Juárez instalando su administración en la Ciudad de México. Una vez que el Congreso Constituyente había cumplido con su tarea de elaborar una nueva constitución, se hizo la convocatoria para realizar elecciones tanto de los poderes federales como los de los estados. Se reunió así el primer Congreso, que trabajaría ya bajo los principios de la Carta Magna de 1857.