¿Desarrollo de la humanización del ser para construir la paz?
carmendamus
"No hay camino para la paz, la paz es el camino" (Ghandi) La paz y el amor comienzan dentro de cada uno de nosotros. Y mientras el hombre no entienda este concepto, no podrá lograr su bienestar. Las guerras seguirán existiendo mientras el ser humano no comprenda que la paz se construye cada día, a cada paso, en las relaciones familiares, sociales, laborales. Es allí donde debemos practicarla, a través del respeto, la tolerancia, la justicia, la comprensión. En la actualidad, el hombre tiene que enfrentar diariamente una guerra interna, sin sentido, porque no conoce su ser y sólo está guiado por su ego. La humanización es difícil de lograr en un mundo materialista, consumista y tecnológico, donde es más importante el valor del dinero, del poder, de ser el dueño de la verdad. El hombre es incapaz de amar la vida en su más pura expresión, en su sencillez, en su fluir natural y armonioso. Le cabe a la familia tomar conciencia de esto e inculcar a las futuras generaciones, desde pequeños, el valor de una vida simple, sin apegos, sin egoísmo, sin culpas, sin prejuicios y creencias que desvirtúan la realidad. Aceptar las diferencias es fundamental en este camino para construir la paz.
La paz y el amor comienzan dentro de cada uno de nosotros.
Y mientras el hombre no entienda este concepto, no podrá lograr su bienestar.
Las guerras seguirán existiendo mientras el ser humano no comprenda
que la paz se construye cada día, a cada paso, en las relaciones
familiares, sociales, laborales. Es allí donde debemos practicarla,
a través del respeto, la tolerancia, la justicia, la comprensión.
En la actualidad, el hombre tiene que enfrentar diariamente una
guerra interna, sin sentido, porque no conoce su ser y sólo está
guiado por su ego.
La humanización es difícil de lograr en un mundo materialista,
consumista y tecnológico, donde es más importante el valor del
dinero, del poder, de ser el dueño de la verdad.
El hombre es incapaz de amar la vida en su más pura expresión,
en su sencillez, en su fluir natural y armonioso.
Le cabe a la familia tomar conciencia de esto e inculcar a las futuras
generaciones, desde pequeños, el valor de una vida simple, sin apegos,
sin egoísmo, sin culpas, sin prejuicios y creencias que desvirtúan
la realidad.
Aceptar las diferencias es fundamental en este camino para construir la paz.