El desarrollo de organismos genéticamente modificados (OGM) ha abierto posibilidades completamente nuevas para mejorar la nutrición de la humanidad. Por primera vez, los seres humanos son capaces de diseñar genéticamente especies u organismos mediante la transferencia de ADN entre organismos totalmente diferentes, permitiendo potencialmente el cultivo de alimentos en climas más severos, por ejemplo, o una mayor producción de los cultivos ya existentes. Sin embargo, bajo el capitalismo, multinacionales agroalimentarias tales como Monsanto, están abusando en todo el planeta de los transgénicos, para maximizar las ganancias de los accionistas a expensas de la gente común de todo el planeta. Al mismo tiempo, los OGM han reducido la protección y la seguridad del sistema alimentario de miles de millones de personas ¿Cuál debe ser el enfoque de clase para enfrentarse a los problemas de los transgénicos y de la seguridad alimentaria?
Según el gigante agrícola Monsanto, los alimentos modificados genéticamente se producen para paliar los problemas de inseguridad alimentaria y alimentar a la creciente población mundial. Pero, si nos fijamos en lo que producen empresas como ésta, encontramos que la afirmación es evidentemente falsa. Estas multinacionales están muy lejos de resolver la cuestión del hambre y la falta de alimentos. Según la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), se estima que unos 870 millones de personas en el mundo (o, en otras palabras, una persona de cada ocho), sufrieron desnutrición crónica entre 2010 y 2012. De hecho, el hambre provoca más muertes al año que el SIDA, el paludismo y la tuberculosis juntos.
Respuesta:
El desarrollo de organismos genéticamente modificados (OGM) ha abierto posibilidades completamente nuevas para mejorar la nutrición de la humanidad. Por primera vez, los seres humanos son capaces de diseñar genéticamente especies u organismos mediante la transferencia de ADN entre organismos totalmente diferentes, permitiendo potencialmente el cultivo de alimentos en climas más severos, por ejemplo, o una mayor producción de los cultivos ya existentes. Sin embargo, bajo el capitalismo, multinacionales agroalimentarias tales como Monsanto, están abusando en todo el planeta de los transgénicos, para maximizar las ganancias de los accionistas a expensas de la gente común de todo el planeta. Al mismo tiempo, los OGM han reducido la protección y la seguridad del sistema alimentario de miles de millones de personas ¿Cuál debe ser el enfoque de clase para enfrentarse a los problemas de los transgénicos y de la seguridad alimentaria?
Según el gigante agrícola Monsanto, los alimentos modificados genéticamente se producen para paliar los problemas de inseguridad alimentaria y alimentar a la creciente población mundial. Pero, si nos fijamos en lo que producen empresas como ésta, encontramos que la afirmación es evidentemente falsa. Estas multinacionales están muy lejos de resolver la cuestión del hambre y la falta de alimentos. Según la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), se estima que unos 870 millones de personas en el mundo (o, en otras palabras, una persona de cada ocho), sufrieron desnutrición crónica entre 2010 y 2012. De hecho, el hambre provoca más muertes al año que el SIDA, el paludismo y la tuberculosis juntos.