No corrijas ni des charlas magistrales sobre cómo deben hacerse las cosas al otro, ni delante de los niños, ni detrás. No hay verdades absolutas, ni porque lo diga un libro ni porque así lo hacía tu padre o madre.
No tomes decisiones sobre la marcha. Posponlo hasta hablar con el otro y tratar de alcanzar acuerdos, por mínimos que estos sean. Siempre hay lugares comunes y lo inteligente es poner el foco en lo que nos une, no en lo que nos separa.
Maneja las expectativas y aléjate de la perfección. No existe y, menos aún, a la hora de educar. La idea es hacer las cosas de la mejor manera posible, que no será óptima ni perfecta, pero será tu mejor jugada. Revisa, no te conformes y trata de hacerlo mejor mañana.
Todos tenemos limitaciones. Hablarlas, saber cuáles son las de tu pareja y las tuyas a la hora de educar, conduce a saber en qué momento debe intervenir cada cual.
Ponernos límites, de la misma manera que se los ponemos a los hijos. Dejar explícitamente claro cuáles son las acciones no tolerables por el otro y qué fronteras no se pueden traspasar.
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Respuesta:
NOSE SI TE SIRVA
Explicación:
No corrijas ni des charlas magistrales sobre cómo deben hacerse las cosas al otro, ni delante de los niños, ni detrás. No hay verdades absolutas, ni porque lo diga un libro ni porque así lo hacía tu padre o madre.
No tomes decisiones sobre la marcha. Posponlo hasta hablar con el otro y tratar de alcanzar acuerdos, por mínimos que estos sean. Siempre hay lugares comunes y lo inteligente es poner el foco en lo que nos une, no en lo que nos separa.
Maneja las expectativas y aléjate de la perfección. No existe y, menos aún, a la hora de educar. La idea es hacer las cosas de la mejor manera posible, que no será óptima ni perfecta, pero será tu mejor jugada. Revisa, no te conformes y trata de hacerlo mejor mañana.
Todos tenemos limitaciones. Hablarlas, saber cuáles son las de tu pareja y las tuyas a la hora de educar, conduce a saber en qué momento debe intervenir cada cual.
Ponernos límites, de la misma manera que se los ponemos a los hijos. Dejar explícitamente claro cuáles son las acciones no tolerables por el otro y qué fronteras no se pueden traspasar.