Todo mensaje ofrece dos tipos de informaciones: una referida a la realidad (lo que se dice); la otra, a la intención del emisor (cómo se dice). La modalidad oracional hace referencia a este segundo aspecto: la actitud del emisor con respecto al receptor y al propio mensaje. Así, la oración Tú no sales de casa, puede presentar distintas modalidades (declarativa, imperativa, interrogativa) que alterarán su significado (informar, ordenar, preguntar).
La modalidad se expresa a través de distintos medios, que reciben el nombre de indicadores: fonológicos (entonación), morfológicos (pronombres, adverbios, etc.), sintácticos (perífrasis modales) o léxicos (adverbios de modo que afectan a toda la oración: ciertamente, no…)
Todo mensaje ofrece dos tipos de informaciones: una referida a la realidad (lo que se dice); la otra, a la intención del emisor (cómo se dice). La modalidad oracional hace referencia a este segundo aspecto: la actitud del emisor con respecto al receptor y al propio mensaje. Así, la oración Tú no sales de casa, puede presentar distintas modalidades (declarativa, imperativa, interrogativa) que alterarán su significado (informar, ordenar, preguntar).
La modalidad se expresa a través de distintos medios, que reciben el nombre de indicadores: fonológicos (entonación), morfológicos (pronombres, adverbios, etc.), sintácticos (perífrasis modales) o léxicos (adverbios de modo que afectan a toda la oración: ciertamente, no…)