Hace algunos años, la percepción de una mejor calidad de vida estaba asociada a la posibilidad de tener una casa grande, tener tantos vehículos como personas en el hogar, viajar constantemente y consumir bienes y servicios de forma casi irracional. Hoy, hay más conciencia de los hábitos y sus repercusiones en el medio ambiente, y se entiende como calidad de vida el contar con aire limpio, con agua potable y sentirnos seguros entre otros factores que nos permiten disfrutar de diferentes maneras las ciudades.
Para contribuir a vivir en un entorno amigable con el medio ambiente y con nosotros mismos, hay algunos hábitos sencillos que realmente hacen la diferencia y no solo benefician el planeta, sino que pueden mejorar nuestra calidad de vida en las ciudades:
Hace algunos años, la percepción de una mejor calidad de vida estaba asociada a la posibilidad de tener una casa grande, tener tantos vehículos como personas en el hogar, viajar constantemente y consumir bienes y servicios de forma casi irracional. Hoy, hay más conciencia de los hábitos y sus repercusiones en el medio ambiente, y se entiende como calidad de vida el contar con aire limpio, con agua potable y sentirnos seguros entre otros factores que nos permiten disfrutar de diferentes maneras las ciudades.
Para contribuir a vivir en un entorno amigable con el medio ambiente y con nosotros mismos, hay algunos hábitos sencillos que realmente hacen la diferencia y no solo benefician el planeta, sino que pueden mejorar nuestra calidad de vida en las ciudades: