El Parque Nacional Cumbres de Monterrey es el área de mayor importancia para la producción de servicios ambientales que la ciudad de Monterrey y su área metropolitana reciben. Esto significa que alrededor de 4 millones de personas reciben los beneficios del Parque como pulmón purificador del aire, así como área de captación de agua, entre otros.
Controversialmente el área sufre de una gran presión por el crecimiento de la mancha urbana, así como por los efectos de las actividades de los visitantes, lo cual en conjunto se piensa que favorecerán cambios en los ecosistemas del ANP a corto, mediano y largo plazo. De aquí nace la necesidad de monitorear los diferentes elementos que componen los ecosistemas, tarea que implica de grandes esfuerzos económicos y técnicos.
El monitoreo de aves ha sido empleado desde tiempos remotos como indicador de las condiciones ambientales. Particularmente, dentro del Parque Nacional Cumbres de Monterrey se contempla el monitoreo de las poblaciones de la cotorra serrana como un indicador de la salud de los bosques, los cuales han sufrido presiones de diferente índole, desde aprovechamientos en el pasado, hasta tala clandestina en la actualidad, el efecto de incendios y plagas forestales, la fragmentación de ecosistemas y el cambio de uso de suelo, entre otros. Adicionalmente se requiere considerar que la actividad turística dentro del área se ha incrementado y sus efectos sobre la flora y la fauna no se han estudiado hasta el momento.
La avifauna del Parque Nacional Cumbres de Monterrey es una mezcla de elementos neárticos y neotropicales, resultado de la variabilidad de los factores abióticos de la Sierra Madre Oriental, que influye en la riqueza de tipos de vegetación, así mismo, funciona como un “corredor biológico” en la porción oriental con orientación norte-sur; pero al cambiar de dirección representa un límite a la distribución de especies con afinidades neotropicales o poco resistentes a las condiciones más xéricas que se distribuyen al norte del Parque. Para los elementos neárticos, la Sierra Madre constituye el primer macizo montañoso con hábitat de bosque de coníferas en la ruta de migración invernal, fundamentalmente para aquellas especies que provienen de las zonas del noreste de Estados Unidos y Canadá. Es por eso que el PNCM dispone los primeros hábitats de resguardo y descanso para aves migratorias, provenientes de Estados Unidos y Canadá.
Respuesta:
Monitoreo
biológico
El Parque Nacional Cumbres de Monterrey es el área de mayor importancia para la producción de servicios ambientales que la ciudad de Monterrey y su área metropolitana reciben. Esto significa que alrededor de 4 millones de personas reciben los beneficios del Parque como pulmón purificador del aire, así como área de captación de agua, entre otros.
Controversialmente el área sufre de una gran presión por el crecimiento de la mancha urbana, así como por los efectos de las actividades de los visitantes, lo cual en conjunto se piensa que favorecerán cambios en los ecosistemas del ANP a corto, mediano y largo plazo. De aquí nace la necesidad de monitorear los diferentes elementos que componen los ecosistemas, tarea que implica de grandes esfuerzos económicos y técnicos.
El monitoreo de aves ha sido empleado desde tiempos remotos como indicador de las condiciones ambientales. Particularmente, dentro del Parque Nacional Cumbres de Monterrey se contempla el monitoreo de las poblaciones de la cotorra serrana como un indicador de la salud de los bosques, los cuales han sufrido presiones de diferente índole, desde aprovechamientos en el pasado, hasta tala clandestina en la actualidad, el efecto de incendios y plagas forestales, la fragmentación de ecosistemas y el cambio de uso de suelo, entre otros. Adicionalmente se requiere considerar que la actividad turística dentro del área se ha incrementado y sus efectos sobre la flora y la fauna no se han estudiado hasta el momento.
La avifauna del Parque Nacional Cumbres de Monterrey es una mezcla de elementos neárticos y neotropicales, resultado de la variabilidad de los factores abióticos de la Sierra Madre Oriental, que influye en la riqueza de tipos de vegetación, así mismo, funciona como un “corredor biológico” en la porción oriental con orientación norte-sur; pero al cambiar de dirección representa un límite a la distribución de especies con afinidades neotropicales o poco resistentes a las condiciones más xéricas que se distribuyen al norte del Parque. Para los elementos neárticos, la Sierra Madre constituye el primer macizo montañoso con hábitat de bosque de coníferas en la ruta de migración invernal, fundamentalmente para aquellas especies que provienen de las zonas del noreste de Estados Unidos y Canadá. Es por eso que el PNCM dispone los primeros hábitats de resguardo y descanso para aves migratorias, provenientes de Estados Unidos y Canadá.
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