Respuesta: El presente trabajo de investigación, es un intento en dar alguna forma de comprensión a la pregunta acerca de la relación entre el individuo y la sociedad, la relación que tiene el primero con respecto a la producción de los ordenes sociales y sus instituciones, así como al mismo tiempo, a la producción que tiene el segundo respecto de la formación del self, a las formas particulares de ser de cada uno.
La tarea se intentará llevar a cabo de manera tal que evite por un lado las acentuaciones reduccionistas de explicarlo todo a partir de un psicologismo (que busque todo fundamento en alguna entidad intrapsíquica), o de fundamentarlo todo en un sociologismo (que se incline por una especie de “determinación cultural” que prescinde de cualquier incidencia de carácter personal) de manera que de una u otra forma se hace desaparecer uno de los extremos del continuo. Por tanto, y a modo de mantener esta posición límite, es que se llevará a cabo el trabajo a partir de una óptica diferente, que permita ver la actividad de ambas dimensiones (la social y la individual) y su influencia recíproca.
De ésta manera, en base al paradigma de los sistemas complejos autoorganizados, la teoría evolutiva y la psicología posracional, se intenta dar un esquema explicativo a la acción de la experiencia, su organización y cómo los mecanismos autoorganizacionales conforman una serie de formas de vida interrelacionadas a través de complejas formas de co-determinación que no son ni creadas o diseñadas por alguna mente o forma de racionalidad, ni tampoco son producto o herencia genética de alguna clase de naturalismo, sino que siendo al mismo tiempo producción de los propios individuos, esta forma de orden social permanece siempre exterior a cualquier individuo, no pudiendo ninguno tener acceso a las dinámicas organizacionales que se generan, es decir existe siempre una distancia entre los individuos y la sociedad, cobrando ésta última una cierta autonomía respecto a los primeros, mientras que éstos individuos alimentan a este orden social con sus acciones.
Así también y bajo la misma perspectiva, se intenta entrelazar el tema de la experiencia, el lenguaje y los patrones de relación o attachment, los cuales configuran el denominado self o sí mismo, que es finalmente una verdadera unidad hermenéutica que se organiza en pos de un significado, metabolizando continuamente la experiencia a través de la incesante dialéctica entre experimentar y explicar. De éste modo, el self que emerge no tendría un carácter transparente posible de ser cognoscible o aprensible por la razón, sino que más bien sería un bucle siempre recursivo entre continuidad y discontinuidad, estableciendo siempre nuevas asimilaciones, para así también ir manteniendo las antiguas.
A partir de tales entramados, es que el self, sólo tiene su posibilidad de emergencia a través de encontrarse inmerso en un medio de carácter social –lingüístico– intersubjetivo, desmarcándose tanto de las tradicionales concepciones de la identidad personal esencialistas, cómo de las concepciones posmodernas de self fragmentado o contexto-dependiente.
De ésta manera se tratan de entrelazar; por una parte desde una visión procesual, una perspectiva dentro de una contextualización evolutiva histórica y desde una noción posracional, a la intrincada relación que se da entre los diferentes miembros de la denominada “Gran Sociedad”.
Por lo tanto, a partir de delimitar tales proposiciones, en la presente investigación se establecen tres temáticas puntuales:
Obligó tal supuesto a concluir, de manera casi inevitable, que sólo lo que en tal sentido resultara justificable podría servir de base al comportamiento adecuado y que todo aquello a lo que el hombre debe el avance de la civilización habría de ser necesariamente fruto de algún proceso racional así entendido. Las instituciones y prácticas sociales de otro modo establecidas, en opinión de estos autores, sólo accidentalmente pueden resultar beneficiosas. Tal llegó a ser la actitud típica del constructivismo cartesiano, con su característico desprecio por la tradición, la costumbre y la experiencia histórica. Sólo por vía de la razón, afirmábase, puede el hombre acometer la edificación de una sociedad nueva.”
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jheysonjunco0
No me sirve, si la quisiera de internet no hubiese preguntado acá.
Respuesta: El presente trabajo de investigación, es un intento en dar alguna forma de comprensión a la pregunta acerca de la relación entre el individuo y la sociedad, la relación que tiene el primero con respecto a la producción de los ordenes sociales y sus instituciones, así como al mismo tiempo, a la producción que tiene el segundo respecto de la formación del self, a las formas particulares de ser de cada uno.
La tarea se intentará llevar a cabo de manera tal que evite por un lado las acentuaciones reduccionistas de explicarlo todo a partir de un psicologismo (que busque todo fundamento en alguna entidad intrapsíquica), o de fundamentarlo todo en un sociologismo (que se incline por una especie de “determinación cultural” que prescinde de cualquier incidencia de carácter personal) de manera que de una u otra forma se hace desaparecer uno de los extremos del continuo. Por tanto, y a modo de mantener esta posición límite, es que se llevará a cabo el trabajo a partir de una óptica diferente, que permita ver la actividad de ambas dimensiones (la social y la individual) y su influencia recíproca.
De ésta manera, en base al paradigma de los sistemas complejos autoorganizados, la teoría evolutiva y la psicología posracional, se intenta dar un esquema explicativo a la acción de la experiencia, su organización y cómo los mecanismos autoorganizacionales conforman una serie de formas de vida interrelacionadas a través de complejas formas de co-determinación que no son ni creadas o diseñadas por alguna mente o forma de racionalidad, ni tampoco son producto o herencia genética de alguna clase de naturalismo, sino que siendo al mismo tiempo producción de los propios individuos, esta forma de orden social permanece siempre exterior a cualquier individuo, no pudiendo ninguno tener acceso a las dinámicas organizacionales que se generan, es decir existe siempre una distancia entre los individuos y la sociedad, cobrando ésta última una cierta autonomía respecto a los primeros, mientras que éstos individuos alimentan a este orden social con sus acciones.
Así también y bajo la misma perspectiva, se intenta entrelazar el tema de la experiencia, el lenguaje y los patrones de relación o attachment, los cuales configuran el denominado self o sí mismo, que es finalmente una verdadera unidad hermenéutica que se organiza en pos de un significado, metabolizando continuamente la experiencia a través de la incesante dialéctica entre experimentar y explicar. De éste modo, el self que emerge no tendría un carácter transparente posible de ser cognoscible o aprensible por la razón, sino que más bien sería un bucle siempre recursivo entre continuidad y discontinuidad, estableciendo siempre nuevas asimilaciones, para así también ir manteniendo las antiguas.
A partir de tales entramados, es que el self, sólo tiene su posibilidad de emergencia a través de encontrarse inmerso en un medio de carácter social –lingüístico– intersubjetivo, desmarcándose tanto de las tradicionales concepciones de la identidad personal esencialistas, cómo de las concepciones posmodernas de self fragmentado o contexto-dependiente.
De ésta manera se tratan de entrelazar; por una parte desde una visión procesual, una perspectiva dentro de una contextualización evolutiva histórica y desde una noción posracional, a la intrincada relación que se da entre los diferentes miembros de la denominada “Gran Sociedad”.
Por lo tanto, a partir de delimitar tales proposiciones, en la presente investigación se establecen tres temáticas puntuales:
Obligó tal supuesto a concluir, de manera casi inevitable, que sólo lo que en tal sentido resultara justificable podría servir de base al comportamiento adecuado y que todo aquello a lo que el hombre debe el avance de la civilización habría de ser necesariamente fruto de algún proceso racional así entendido. Las instituciones y prácticas sociales de otro modo establecidas, en opinión de estos autores, sólo accidentalmente pueden resultar beneficiosas. Tal llegó a ser la actitud típica del constructivismo cartesiano, con su característico desprecio por la tradición, la costumbre y la experiencia histórica. Sólo por vía de la razón, afirmábase, puede el hombre acometer la edificación de una sociedad nueva.”