geneduranHasta hace unos cincuenta años, Bogotá era una típica provincia burguesa, encaramada en la parte más alta al centro del país, que en la época era sede de la burocracia y de la intelectualidad colombiana.
Según algunos autores, la ciudad de Bogotá, capital del país, se constituyó como referente de la cultura nacional, imponiéndose los valores de las élites bogotanas como las prototípicas del "colombiano".
En la cultura bogotana de fin de siglo XIX, el nombre de Centenarista se atribuye a la combinación de costumbres de raigambre colonial, con las influencias europeas llegadas a lo largo del siglo. Así arraigadas costumbres como el consumo de chicha, el uso de la ruana y alpargatas, desaparecieron; para que prácticas como el uso de calzado y otro tipo de prendas hicieran su aparición.
Ir al parque, al cinematógrafo, escuchar la radio, hablar por teléfono, transportarse en tranvía, bus o taxi, fueron otras de las más importantes actividades que los capitalinos debieron aprender.
Los bogotanos tienen una parte mayor de herencia latina, son alegres, amables y elocuentes.
En la música se impuso el pasillo, una forma de vals rápido cuyos antecedentes se remontan a las primeras décadas del siglo.
Costumbres culinarias como las del chocolate y el ajiaco se establecieron como típicamente bogotanas.
Pero hay costumbres que aún permanecen, como es la tradición religiosa de subir al cerro de Monserrate a visitar el Santuario del Señor Caído, donde feligreses de todas partes de Bogotá y del país suben de rodillas con el fin de cumplir una promesa. Allí, se aprovecha para comprar artesanías y comer los típicos tamales bogotanos con chocolate santafereño
Pero no todo esto ha desaparecido, porque la Bogotá de hoy, más que el centro político de siempre, es una pujante ciudad industrial en expansión.Hace tiempo dejó de ser una economía parasitaria del poder gubernamental y hoy es la cuarta ciudad de Suramérica en tamaño, y la segunda capital en calidad de vida, a menores costos de subsistencia. Hoy Bogota es un importante centro cultural, educativo, financiero y de negocios en el ámbito nacional e internacional, que por ser la capital colombiana, a ella han llegado bastantes personas del interior, haciendo que esta metrópoli sea "la ciudad de todos", en donde se mantienen algunas costumbres, como las de las obsesitas, pero el hablado acentuado y chirriado de principios de siglo, se ha exterminado casi del todo. Pero, lo que hay que destacar ante todo es la nueva mentalidad que tienen ahora Bogotá, tal vez a consecuencia de factores como: la inmigración de cientos de millares de gentes de las más diversas procedencias; y un cambio notable del clima, de frío a templado, lo cual favorece una cultura urbana muy abierta, una arquitectura y unas modas más cromáticas y alegres. Bogotá es en la actualidad, la ciudad querida y representativa de los colombianos.
En la capital colombiana hay buenos conciertos todo el año y en ciertas épocas, temporadas de ópera, zarzuela, jazz; toros en dos temporadas; y el Festival Internacional de Teatro más destacado del continente, en vísperas de la Semana Santa
Según algunos autores, la ciudad de Bogotá, capital del país, se constituyó como referente de la cultura nacional, imponiéndose los valores de las élites bogotanas como las prototípicas del "colombiano".
En la cultura bogotana de fin de siglo XIX, el nombre de Centenarista se atribuye a la combinación de costumbres de raigambre colonial, con las influencias europeas llegadas a lo largo del siglo. Así arraigadas costumbres como el consumo de chicha, el uso de la ruana y alpargatas, desaparecieron; para que prácticas como el uso de calzado y otro tipo de prendas hicieran su aparición.
Ir al parque, al cinematógrafo, escuchar la radio, hablar por teléfono, transportarse en tranvía, bus o taxi, fueron otras de las más importantes actividades que los capitalinos debieron aprender.
Los bogotanos tienen una parte mayor de herencia latina, son alegres, amables y elocuentes.
En la música se impuso el pasillo, una forma de vals rápido cuyos antecedentes se remontan a las primeras décadas del siglo.
Costumbres culinarias como las del chocolate y el ajiaco se establecieron como típicamente bogotanas.
Pero hay costumbres que aún permanecen, como es la tradición religiosa de subir al cerro de Monserrate a visitar el Santuario del Señor Caído, donde feligreses de todas partes de Bogotá y del país suben de rodillas con el fin de cumplir una promesa. Allí, se aprovecha para comprar artesanías y comer los típicos tamales bogotanos con chocolate santafereño
Pero no todo esto ha desaparecido, porque la Bogotá de hoy, más que el centro político de siempre, es una pujante ciudad industrial en expansión.Hace tiempo dejó de ser una economía parasitaria del poder gubernamental y hoy es la cuarta ciudad de Suramérica en tamaño, y la segunda capital en calidad de vida, a menores costos de subsistencia. Hoy Bogota es un importante centro cultural, educativo, financiero y de negocios en el ámbito nacional e internacional, que por ser la capital colombiana, a ella han llegado bastantes personas del interior, haciendo que esta metrópoli sea "la ciudad de todos", en donde se mantienen algunas costumbres, como las de las obsesitas, pero el hablado acentuado y chirriado de principios de siglo, se ha exterminado casi del todo. Pero, lo que hay que destacar ante todo es la nueva mentalidad que tienen ahora Bogotá, tal vez a consecuencia de factores como: la inmigración de cientos de millares de gentes de las más diversas procedencias; y un cambio notable del clima, de frío a templado, lo cual favorece una cultura urbana muy abierta, una arquitectura y unas modas más cromáticas y alegres. Bogotá es en la actualidad, la ciudad querida y representativa de los colombianos.
En la capital colombiana hay buenos conciertos todo el año y en ciertas épocas, temporadas de ópera, zarzuela, jazz; toros en dos temporadas; y el Festival Internacional de Teatro más destacado del continente, en vísperas de la Semana Santa