Querido lector, tienes una oportunidad que te envidio, la de leer Don Quijote por primera vez, o si lo has leído fragmentaria o superficialmente, de ahondar y completar tu conocimiento de él. Te esperan los coloquios más sabrosos, las más disparatadas aventuras, una de las amistades más hondas y algunas de las más sabias reflexiones que se hayan escrito jamás en el papel. El libro ha sido la lectura preferida de muchos hombres de relieve: entre ellos un rey (Felipe III), un presidente de España (Manuel Azaña) y un filósofo (Unamuno). Y eso sin contar los numerosos e ilustres extranjeros para quienes ha sido libro de cabecera y lectura diaria durante años. A varios de ellos ha movido a aprender el castellano.
Por el conducto de El ingenioso hidalgo Don Quijote de la Mancha, comenzarás a conocer a uno de los hombres más sabios de todos los tiempos. Aunque sin formación universitaria, o acaso debido a este mismo hecho, Cervantes gozaba de una vasta cultura. Había seguido el naciente teatro español desde la juventud. Leía constantemente, y es el primer autor que tiene un sentido de la literatura española en toda su riqueza, el primero en percibir la importancia y valor del surgimiento del nuevo género, la novela. Observador curioso, conversador infatigable, Cervantes conocía todas las clases sociales y todos los ambientes de su tiempo, desde la cárcel de Sevilla hasta la casa real. Conocía, también, el campo y el pueblo tanto como la ciudad. Por la ventana de Don Quijote verás, entonces, una vivísima España desaparecida, mucho mejor que en cualquier película.
Cervantes no es un autor fácil, pues su lengua es de hace cuatro siglos. Supone de sus lectores unos conocimientos y actitudes que sólo recuperan y mantienen vivos los eruditos. Pero con todo eso es un autor que todos pueden leer, y de quien todos pueden aprender, entre otras cosas a mejorar su lenguaje.
Cuando hayas leído a Cervantes, habrás entrado como adulto, como ciudadano de pleno derecho, en la cultura hispánica. Bienvenido.
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El género gramatical
Me refiero al lector empleando el masculino como genérico totalizador y entendiendo siempre incluidas en él a las mujeres. En otra parte he protestado contra el sexismo de la lengua española y sugerí cómo, en teoría, se podría reformar. Actualmente no hay otro remedio sino decir siempre querido/a lector(a), amigo o amiga, tipográfica y estilísticamente feo.
Preliminar
Querido lector, tienes una oportunidad que te envidio, la de leer Don Quijote por primera vez, o si lo has leído fragmentaria o superficialmente, de ahondar y completar tu conocimiento de él. Te esperan los coloquios más sabrosos, las más disparatadas aventuras, una de las amistades más hondas y algunas de las más sabias reflexiones que se hayan escrito jamás en el papel. El libro ha sido la lectura preferida de muchos hombres de relieve: entre ellos un rey (Felipe III), un presidente de España (Manuel Azaña) y un filósofo (Unamuno). Y eso sin contar los numerosos e ilustres extranjeros para quienes ha sido libro de cabecera y lectura diaria durante años. A varios de ellos ha movido a aprender el castellano.
Por el conducto de El ingenioso hidalgo Don Quijote de la Mancha, comenzarás a conocer a uno de los hombres más sabios de todos los tiempos. Aunque sin formación universitaria, o acaso debido a este mismo hecho, Cervantes gozaba de una vasta cultura. Había seguido el naciente teatro español desde la juventud. Leía constantemente, y es el primer autor que tiene un sentido de la literatura española en toda su riqueza, el primero en percibir la importancia y valor del surgimiento del nuevo género, la novela. Observador curioso, conversador infatigable, Cervantes conocía todas las clases sociales y todos los ambientes de su tiempo, desde la cárcel de Sevilla hasta la casa real. Conocía, también, el campo y el pueblo tanto como la ciudad. Por la ventana de Don Quijote verás, entonces, una vivísima España desaparecida, mucho mejor que en cualquier película.
Cervantes no es un autor fácil, pues su lengua es de hace cuatro siglos. Supone de sus lectores unos conocimientos y actitudes que sólo recuperan y mantienen vivos los eruditos. Pero con todo eso es un autor que todos pueden leer, y de quien todos pueden aprender, entre otras cosas a mejorar su lenguaje.
Cuando hayas leído a Cervantes, habrás entrado como adulto, como ciudadano de pleno derecho, en la cultura hispánica. Bienvenido.
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El género gramatical
Me refiero al lector empleando el masculino como genérico totalizador y entendiendo siempre incluidas en él a las mujeres. En otra parte he protestado contra el sexismo de la lengua española y sugerí cómo, en teoría, se podría reformar. Actualmente no hay otro remedio sino decir siempre querido/a lector(a), amigo o amiga, tipográfica y estilísticamente feo.
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