Explicación:Las dos ordenanzas de la Iglesia, Bautismo y Comunión, se colocan como verdades centrales de la fe cristiana. Los rituales simbólicos son válidos y eficaces sólo cuando traen significado para aquel que en ellos tiene participación. El bautismo y la cena no son obras de magia; son ceremonias externas revelando la realidad espiritual interior.
Un signo sensible es un símbolo. Y un símbolo es una expresión figurada y visible o representación sensible, de una realidad invisible. El valor de un símbolo no está en lo que él es de por sí, sino en lo que indica, en lo que representa.
Explicación:Las dos ordenanzas de la Iglesia, Bautismo y Comunión, se colocan como verdades centrales de la fe cristiana. Los rituales simbólicos son válidos y eficaces sólo cuando traen significado para aquel que en ellos tiene participación. El bautismo y la cena no son obras de magia; son ceremonias externas revelando la realidad espiritual interior.
Un signo sensible es un símbolo. Y un símbolo es una expresión figurada y visible o representación sensible, de una realidad invisible. El valor de un símbolo no está en lo que él es de por sí, sino en lo que indica, en lo que representa.