El realismo y el idealismo, perspectivas sobrepasadas por la realidad internacional
El análisis de las Relaciones Internacionales (RI) es un tema discutible desde cualquier ángulo en que se le emprenda. Es mucho más común abordar las RI desde las perspectivas de la economía o la política y toda la gama de variantes que de ellas derivan. De ahí que la disciplina cuenta con una variedad de enfoques teóricos que explican el funcionamiento internacional, de los cuales los más importantes son las teorías realista e idealista (y sus perspectivas subsecuentes). Sin embargo, éstas ya no son las únicas perspectivas de análisis que sirven a la disciplina.
El realismo y el idealismo -como teorías básicas de los estudios internacionales- ya no abarcan todas las particularidades del nuevo escenario internacional. Éste presenta nuevos problemas y procesos, como la globalización, entendida como la pérdida del aislamiento económico, político y social, así como la ruptura de fronteras físicas y virtuales de los estados, lo cual incide directamente en la vida cotidiana de las personas, a escala mundial.
Las teorías de las RI tenían cierta tendencia a situarse en los extremos de las visiones del mundo. Por un lado, el argumento realista promulgaba una visión más fuerte de la disciplina, centrada en el uso del poder de los estados, así como en sus aspiraciones por mantenerlo en un sentido militar y económico. Desde esta perspectiva, la guerra era el principal medio para ejercer y mantener ese poder.
El realismo aborda el estudio de la realidad internacional desde la política exterior de los estados y partiendo de actos lógicos, donde los tomadores de decisiones están interesados en obtener, mantener y consolidar su poder, por encima de los otros actores internacionales. Es decir, la teoría realista adopta una postura racional en la que el Estado, como supremo actor en las RI, encausa sus factores tangibles e intangibles para reformar sus decisiones. Desde esta posición, el Estado necesita conocer sus fortalezas -y hasta cierto punto, sus debilidades-, en relación con las de otros estados para poder establecer estrategias en probables enfrentamientos -sean éstos bélicos o no. De esta manera, la perspectiva realista parte del concepto de interés para explicar las acciones de los estados para lograr su satisfacción.
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El realismo y el idealismo, perspectivas sobrepasadas por la realidad internacional
El análisis de las Relaciones Internacionales (RI) es un tema discutible desde cualquier ángulo en que se le emprenda. Es mucho más común abordar las RI desde las perspectivas de la economía o la política y toda la gama de variantes que de ellas derivan. De ahí que la disciplina cuenta con una variedad de enfoques teóricos que explican el funcionamiento internacional, de los cuales los más importantes son las teorías realista e idealista (y sus perspectivas subsecuentes). Sin embargo, éstas ya no son las únicas perspectivas de análisis que sirven a la disciplina.
El realismo y el idealismo -como teorías básicas de los estudios internacionales- ya no abarcan todas las particularidades del nuevo escenario internacional. Éste presenta nuevos problemas y procesos, como la globalización, entendida como la pérdida del aislamiento económico, político y social, así como la ruptura de fronteras físicas y virtuales de los estados, lo cual incide directamente en la vida cotidiana de las personas, a escala mundial.
Las teorías de las RI tenían cierta tendencia a situarse en los extremos de las visiones del mundo. Por un lado, el argumento realista promulgaba una visión más fuerte de la disciplina, centrada en el uso del poder de los estados, así como en sus aspiraciones por mantenerlo en un sentido militar y económico. Desde esta perspectiva, la guerra era el principal medio para ejercer y mantener ese poder.
El realismo aborda el estudio de la realidad internacional desde la política exterior de los estados y partiendo de actos lógicos, donde los tomadores de decisiones están interesados en obtener, mantener y consolidar su poder, por encima de los otros actores internacionales. Es decir, la teoría realista adopta una postura racional en la que el Estado, como supremo actor en las RI, encausa sus factores tangibles e intangibles para reformar sus decisiones. Desde esta posición, el Estado necesita conocer sus fortalezas -y hasta cierto punto, sus debilidades-, en relación con las de otros estados para poder establecer estrategias en probables enfrentamientos -sean éstos bélicos o no. De esta manera, la perspectiva realista parte del concepto de interés para explicar las acciones de los estados para lograr su satisfacción.
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