leslisheyla16 En algunas de algunas tribus amazónicas existe l costumbre de separar de la comunidad a las niñas que llegan a la adolescencia, y de retenerlas en una habitación especial, bajo el cuidado de mujeres de edad, encargadas de instruirlas en todos los secretos de la vida matrimonial, del cuidado de los hijos y hasta en prácticas de brujería, destinadas a conservar el marido. Está prohibido a los hombres llegar hasta el sitio en donde las doncellas.
Cuando estas han llegado a la edad de contare matrimonio, vuelven a la tribu, donde los padres negocian el enlace con los padres del muchacho escogido para esposo. La ceremonia se celebra con grandes fiestas. Entre algunos de estos pueblos es necesario buscar consorte con otra tribu; es decir, existe la exogamia; en otras por el contrario, como está establecida la endogamia, es preciso casarse entre miembros de la misma tribu.
Cado, los jóvenes que llegan a la adolescencia se separan de las mujeres y a estas les está vedado el lugar de preparación de los varones. Para ellas es tabú, es decir, trae desgracias especiales, ver a un hombre que está en periodo de separación y hasta oír la corneta que ellos tocan en sus ceremonias y ratos de esparcimiento.
En algunas comunidades, tales como entre los Guahibos, existe la práctica de la covada, que consiste en que cuando nace un niño, el padre debe permanecer acostado en la hamaca durante cuarenta días, dando grandes gemidos y sometido a una delicada dieta. La madre, en cambio, después de un baño de purificación en el río, se entrega a sus que haceres habituales.
Acostumbran agujerarse narices y orejas para adornarse con palillos, discos de madera o con plumas, especialmente de guacamayas, escogidas por su longitud y sus colores vivos.
En las muñecas, y a veces en los tobillos, se ponen adornos de piel o fabricados con cuerdas de fibras vegetales, pues creen que todo esto aumenta la fuerza y evita las di localidades.
En algunas de algunas tribus amazónicas existe l costumbre de separar de la comunidad a las niñas que llegan a la adolescencia, y de retenerlas en una habitación especial, bajo el cuidado de mujeres de edad, encargadas de instruirlas en todos los secretos de la vida matrimonial, del cuidado de los hijos y hasta en prácticas de brujería, destinadas a conservar el marido. Está prohibido a los hombres llegar hasta el sitio en donde las doncellas.
Cuando estas han llegado a la edad de contare matrimonio, vuelven a la tribu, donde los padres negocian el enlace con los padres del muchacho escogido para esposo. La ceremonia se celebra con grandes fiestas. Entre algunos de estos pueblos es necesario buscar consorte con otra tribu; es decir, existe la exogamia; en otras por el contrario, como está establecida la endogamia, es preciso casarse entre miembros de la misma tribu.
Cado, los jóvenes que llegan a la adolescencia se separan de las mujeres y a estas les está vedado el lugar de preparación de los varones. Para ellas es tabú, es decir, trae desgracias especiales, ver a un hombre que está en periodo de separación y hasta oír la corneta que ellos tocan en sus ceremonias y ratos de esparcimiento.
En algunas comunidades, tales como entre los Guahibos, existe la práctica de la covada, que consiste en que cuando nace un niño, el padre debe permanecer acostado en la hamaca durante cuarenta días, dando grandes gemidos y sometido a una delicada dieta. La madre, en cambio, después de un baño de purificación en el río, se entrega a sus que haceres habituales.
Acostumbran agujerarse narices y orejas para adornarse con palillos, discos de madera o con plumas, especialmente de guacamayas, escogidas por su longitud y sus colores vivos.
En las muñecas, y a veces en los tobillos, se ponen adornos de piel o fabricados con cuerdas de fibras vegetales, pues creen que todo esto aumenta la fuerza y evita las di localidades.