A pesar de que la oferta alimentaria es cada vez más variada, ya que la globalización nos ha dado acceso a una variedad nunca vista de alimentos y es fácil ver alimentos que proceden de cualquier parte del mundo en los lineales de los supermercados, la dieta mundial, en general, es cada vez más homogénea, y esto nos perjudica.
En los últimos cien años, han desaparecido el 90% de las variedades de cultivos, la mitad de las razas de muchos animales domésticos y se han diezmado muchas especies marinas, debido a la explotación de los principales caladeros de pesca mundiales.
La pérdida de dietas diversas se relaciona directamente con problemas de salud como la desnutrición, la obesidad o la diabetes. Los sistemas de producción de alimentos tradicionales en las comunidades indígenas o el conocimiento de la medicina tradicional sufren, también, el declive de la biodiversidad. Esto demuestra que la degradación de los ecosistemas y la desaparición de especies de seres vivos afecta directamente al bienestar humano en todas las regiones del mundo.
El calentamiento global: el aumento de la temperatura del planeta provoca que haya especies que desaparezcan o que tengan que migrar a zonas menos cálidas para poder sobrevivir. Un claro ejemplo es el oso polar, cuya población se está reduciendo de forma alarmante por la pérdida de hielo en las regiones polares.
La deforestación, agricultura y ganadería intensivas: la transformación de ecosistemas muy ricos en biodiversidad, como las selvas, en grandes extensiones agrícolas y ganaderas destruyen el hogar natural de miles de especies animales y vegetales.
La sobreexplotación de recursos: extraer recursos a una velocidad superior a la de su reposición o regeneración, dificultando la vida. Un ejemplo es la sobrepesca o la pesca pirata que agota los recursos pesqueros.
La introducción de especies invasoras: que transmiten enfermedades nuevas a las que no están acostumbradas las especies autóctonas o, incluso, se alimentan de ellas.
La contaminación: pocos organismos vivos pueden vivir en suelos, aguas o aires contaminados.
Soluciones a la pérdida de biodiversidad
Los efectos de la pérdida de biodiversidad no se reflejan solo en el ámbito medioambiental, sino que la desaparición de especies de seres vivos también amenaza gran parte de los Objetivos de Desarrollo Sostenible fijados por las Naciones Unidas. Desde la cumbre de Río de Janeiro, la ONU establece la preservación y conservación de la naturaleza como una responsabilidad ineludible para empresas, gobiernos y ciudadanía.
Como ya hemos visto, para cumplir los objetivos planteados para 2030 son necesarios una serie de cambios sociales, económicos y políticos. Sin embargo, los ciudadanos también pueden aportar su grano de arena cambiando sus hábitos de consumo y adoptando hábitos sostenibles, según afirman los expertos.
Los cambios para salvar el planeta son urgentes, pero todavía estamos a tiempo de frenar la situación. Aunque los lugares más afectados por la pérdida de biodiversidad son América Latina, el sureste asiático y gran parte de África, es necesario actuar a nivel global y local. Prueba de ello es el emblemático lince ibérico. Tras dos décadas de esfuerzos de las Administraciones y las asociaciones ecologistas por evitar su desaparición, actualmente hay 700 ejemplares de este felino en nuestro país.
A modo de conclusión, tomamos las palabras del Secretario General de las Naciones Unidas, António Guterres: “La diversidad biológica es fundamental para la salud y el bienestar de los seres humanos. Insto a todos, gobiernos, empresas y sociedad civil, a adoptar medidas urgentes para proteger y gestionar de manera sostenible la frágil e imprescindible red que sustenta la vida en nuestro único y excepcional planeta”.
Respuesta:
la muerte y/o extinción de las especies.
Explicación paso a paso:
me das corona plis
( ° ω ° ) uωu
Respuesta:
A pesar de que la oferta alimentaria es cada vez más variada, ya que la globalización nos ha dado acceso a una variedad nunca vista de alimentos y es fácil ver alimentos que proceden de cualquier parte del mundo en los lineales de los supermercados, la dieta mundial, en general, es cada vez más homogénea, y esto nos perjudica.
En los últimos cien años, han desaparecido el 90% de las variedades de cultivos, la mitad de las razas de muchos animales domésticos y se han diezmado muchas especies marinas, debido a la explotación de los principales caladeros de pesca mundiales.
La pérdida de dietas diversas se relaciona directamente con problemas de salud como la desnutrición, la obesidad o la diabetes. Los sistemas de producción de alimentos tradicionales en las comunidades indígenas o el conocimiento de la medicina tradicional sufren, también, el declive de la biodiversidad. Esto demuestra que la degradación de los ecosistemas y la desaparición de especies de seres vivos afecta directamente al bienestar humano en todas las regiones del mundo.
El calentamiento global: el aumento de la temperatura del planeta provoca que haya especies que desaparezcan o que tengan que migrar a zonas menos cálidas para poder sobrevivir. Un claro ejemplo es el oso polar, cuya población se está reduciendo de forma alarmante por la pérdida de hielo en las regiones polares.
La deforestación, agricultura y ganadería intensivas: la transformación de ecosistemas muy ricos en biodiversidad, como las selvas, en grandes extensiones agrícolas y ganaderas destruyen el hogar natural de miles de especies animales y vegetales.
La sobreexplotación de recursos: extraer recursos a una velocidad superior a la de su reposición o regeneración, dificultando la vida. Un ejemplo es la sobrepesca o la pesca pirata que agota los recursos pesqueros.
La introducción de especies invasoras: que transmiten enfermedades nuevas a las que no están acostumbradas las especies autóctonas o, incluso, se alimentan de ellas.
La contaminación: pocos organismos vivos pueden vivir en suelos, aguas o aires contaminados.
Soluciones a la pérdida de biodiversidad
Los efectos de la pérdida de biodiversidad no se reflejan solo en el ámbito medioambiental, sino que la desaparición de especies de seres vivos también amenaza gran parte de los Objetivos de Desarrollo Sostenible fijados por las Naciones Unidas. Desde la cumbre de Río de Janeiro, la ONU establece la preservación y conservación de la naturaleza como una responsabilidad ineludible para empresas, gobiernos y ciudadanía.
Como ya hemos visto, para cumplir los objetivos planteados para 2030 son necesarios una serie de cambios sociales, económicos y políticos. Sin embargo, los ciudadanos también pueden aportar su grano de arena cambiando sus hábitos de consumo y adoptando hábitos sostenibles, según afirman los expertos.
Los cambios para salvar el planeta son urgentes, pero todavía estamos a tiempo de frenar la situación. Aunque los lugares más afectados por la pérdida de biodiversidad son América Latina, el sureste asiático y gran parte de África, es necesario actuar a nivel global y local. Prueba de ello es el emblemático lince ibérico. Tras dos décadas de esfuerzos de las Administraciones y las asociaciones ecologistas por evitar su desaparición, actualmente hay 700 ejemplares de este felino en nuestro país.
A modo de conclusión, tomamos las palabras del Secretario General de las Naciones Unidas, António Guterres: “La diversidad biológica es fundamental para la salud y el bienestar de los seres humanos. Insto a todos, gobiernos, empresas y sociedad civil, a adoptar medidas urgentes para proteger y gestionar de manera sostenible la frágil e imprescindible red que sustenta la vida en nuestro único y excepcional planeta”.