A finales del siglo V cayó el Imperio Romano de Occidente, invadido por pueblos germánicos y de las estepas. Como consecuencia, el Mar Mediterráneo acabó convirtiéndose en la frontera entre tres civilizaciones diferentes:
Al norte los reinos germánicos cristianos;
al este el Imperio Bizantino;
al sur el Islam.
Los reinos germánicos fueron reinos dominados por la aristocracia guerrera de los pueblos que invadieron el imperio. Los invasores se convirtieron en una minoría dominante sobre los anteriores habitantes y tenían leyes distintas. Los reyes trataban su reino casi como una propiedad, que podían dividir entre sus hijos.
La Península Ibérica fue dominada por el Reino Visigodo de Toledo hasta la invasión musulmana del 711.
El reino germánico más poderoso fue el Imperio carolingio, fundado por Carlomagno, que entre los siglos VIII y IX llegó a dominar casi todo el oeste de Europa, pero pronto se dividió en distintos reinos.
Los reyes germánicos se habían instalado en el Imperio para beneficiarse de las riquezas de Roma.
Respuesta:
A finales del siglo V cayó el Imperio Romano de Occidente, invadido por pueblos germánicos y de las estepas. Como consecuencia, el Mar Mediterráneo acabó convirtiéndose en la frontera entre tres civilizaciones diferentes:
Al norte los reinos germánicos cristianos;
al este el Imperio Bizantino;
al sur el Islam.
Los reinos germánicos fueron reinos dominados por la aristocracia guerrera de los pueblos que invadieron el imperio. Los invasores se convirtieron en una minoría dominante sobre los anteriores habitantes y tenían leyes distintas. Los reyes trataban su reino casi como una propiedad, que podían dividir entre sus hijos.
La Península Ibérica fue dominada por el Reino Visigodo de Toledo hasta la invasión musulmana del 711.
El reino germánico más poderoso fue el Imperio carolingio, fundado por Carlomagno, que entre los siglos VIII y IX llegó a dominar casi todo el oeste de Europa, pero pronto se dividió en distintos reinos.
Los reyes germánicos se habían instalado en el Imperio para beneficiarse de las riquezas de Roma.