¿Cuáles fueron los avances políticos en Inglaterra después de la gloriosa revolución? Se estableció una cámara parlamentaria y una división de poderes.
La Revolución Gloriosa fue el derrocamiento de Jacobo II en 1688 a través de una conspiración urdida entre algunos parlamentarios ingleses y el Estatúder holandés Guillermo de Orange. Algunas veces también se llama la Revolución Incruenta, aunque hubo combates y pérdida de vidas humanas en Irlanda y Escocia.[1] Los historiadores católicos y tories prefieren el término «Revolución de 1688», ya que «Gloriosa» o «Incruenta» reflejarían los prejuicios de los historiadores whig.[2] Otros, como el historiador W.A. Speck, señalan que el término «revolución» sería incorrecto, ya que estuvo lejos de ser un espontáneo levantamiento contra Jacobo II. Al contrario, Speck señala que probablemente la mayoría de la nación quería la continuidad de su reinado.[3]
La Revolución está fuertemente asociada con los sucesos de la Guerra de los Nueve Años de la Europa Continental, y se puede ver como la última invasión con éxito de Inglaterra.[4] Puede argüirse que con el derrocamiento de Jacobo comenzó la democracia parlamentaria moderna inglesa. El monarca nunca volvería a tener el poder absoluto, y la Declaración de Derechos se convertiría en uno de los documentos más importantes de Gran Bretaña. La deposición del monarca católico Jacobo II acabó con cualquier oportunidad de que el catolicismo fuese restablecido en Inglaterra. Además, la promulgación de la Ley de Tolerancia condujo a la aceptación de los protestantes no conformistas y a la marginación de los católicos y otros grupos minoritarios, como los que han echo.
Respuesta:
La Revolución Gloriosa fue el derrocamiento de Jacobo II en 1688 a través de una conspiración urdida entre algunos parlamentarios ingleses y el Estatúder holandés Guillermo de Orange. Algunas veces también se llama la Revolución Incruenta, aunque hubo combates y pérdida de vidas humanas en Irlanda y Escocia.[1] Los historiadores católicos y tories prefieren el término «Revolución de 1688», ya que «Gloriosa» o «Incruenta» reflejarían los prejuicios de los historiadores whig.[2] Otros, como el historiador W.A. Speck, señalan que el término «revolución» sería incorrecto, ya que estuvo lejos de ser un espontáneo levantamiento contra Jacobo II. Al contrario, Speck señala que probablemente la mayoría de la nación quería la continuidad de su reinado.[3]
La Revolución está fuertemente asociada con los sucesos de la Guerra de los Nueve Años de la Europa Continental, y se puede ver como la última invasión con éxito de Inglaterra.[4] Puede argüirse que con el derrocamiento de Jacobo comenzó la democracia parlamentaria moderna inglesa. El monarca nunca volvería a tener el poder absoluto, y la Declaración de Derechos se convertiría en uno de los documentos más importantes de Gran Bretaña. La deposición del monarca católico Jacobo II acabó con cualquier oportunidad de que el catolicismo fuese restablecido en Inglaterra. Además, la promulgación de la Ley de Tolerancia condujo a la aceptación de los protestantes no conformistas y a la marginación de los católicos y otros grupos minoritarios, como los que han echo.
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