Los intentos de la burguesía de participar en el poder político e incluso sustituir a la nobleza como clase dominante se dieron a partir del siglo XVII, sobre todo en aquellos países donde la actividad comercial y la posesión de grandes extensiones de tierra por parte de la burguesía habían convertido a esta clase en la más activa económicamente. Estos intentos suponen un antecedente de las auténticas revoluciones burguesas que se inician con la Revolución Francesa.
Los países donde se dieron estos fenómenos son:
Los intentos de la burguesía de participar en el poder político e incluso sustituir a la nobleza como clase dominante se dieron a partir del siglo XVII, sobre todo en aquellos países donde la actividad comercial y la posesión de grandes extensiones de tierra por parte de la burguesía habían convertido a esta clase en la más activa económicamente. Estos intentos suponen un antecedente de las auténticas revoluciones burguesas que se inician con la Revolución Francesa.
Los países donde se dieron estos fenómenos son:
1. HOLANDA:
La transformación de Amsterdam, durante los siglos XVI y XVII, como principal centro financiero de Europa y su expansión colonial por el Asia oriental, convirtieron a los Países Bajos en el centro económico de Europa.
El reconocimiento, por parte del rey Felipe IV de España, de la independencia de las provincias holandesas en 1648 significó la primera derrota seria del antiguo sistema político.
Sin embargo, aun con intereses distintos, la burguesía y la aristocracia holandesa llegaron a un pacto a la hora de compartir el poder. No cabe duda que la común lucha por la independencia de su país de la Corona española posibilitó este acuerdo que convirtió a Holanda en una República Oligárquica, gobernada por un Estatúder. Esta unión, que proporcionó un extraordinario enriquecimiento al país y a estas clases sociales, impidió el triunfo total de la burguesía holandesa.
En 1784, Federico II el Grande, rey de Prusia organizó una Liga de príncipes alemanes para salvaguardar el statu quo en las Provincias Unidas frente a las ambiciones de Baviera.
Emprendió una confrontación contra Inglaterra por la supremacía naval y tras la agresión por parte de Luis XIV, se consumó el declive de su poder y en 1795, después una invasión francesa, las Provincias Unidas fueron substituidas por la República Bátava.
La República Bátava (neerlandés: Bataafse Republiek) fue una república con aproximadamente el mismo territorio que los actuales Países Bajos, que existió entre 1795 y 1806.
En 1813 Napoleón fue derrotado en la batalla de Leipzig. Las tropas francesas empezaron a retirarse de los Países Bajos y en Amsterdam se desencadenaron disturbios callejeros en los que se oía el grito de "Arriba Orange". Van Hogendorp y el conde Van der Duyn van Maasdam, regentes partidarios de la casa Orange, tomaron el poder, haciéndose cargo del gobierno del país hasta que regresara el príncipe heredero Guillermo Federico, hijo de Guillermo V. El 30 de noviembre de 1813, Guillermo Federico desembarcó en Scheveningen. Aceptó la soberanía y prometió respetar la constitución. En 1815 Guillermo Federico, que había adoptado el nombre de Guillermo I, se proclamó rey de los Países Bajos.
En 1815, durante un congreso en Viena, se decidió crear una serie de Estados fuertes para frenar las pretensiones expansionistas francesas. El nuevo Reino de los Países Bajos, con Guillermo I como rey, se convirtió en uno de esos Estados. Esta reunificación de los Países Bajos del Norte (Holanda) y del Sur (Bégica) no fue bien acogida en todas partes.
2. INGLATERRA:
La situación en Inglaterra era semejante a la de Holanda, con dos notables diferencias:
1. La existencia de una monarquía nacional —los Stuard— que pretendía reforzar el poder real en detrimento de las instituciones representativas de la burguesía y nobleza —Parlamento—.
La presencia de una nobleza interesada en las actividades económicas comerciales y que, lo mismo que la burguesía, se había visto beneficiada por la venta de los bienes eclesiásticos al implantarse el Anglicanismo (siglo XVI).
Respuesta:
Los intentos de la burguesía de participar en el poder político e incluso sustituir a la nobleza como clase dominante se dieron a partir del siglo XVII, sobre todo en aquellos países donde la actividad comercial y la posesión de grandes extensiones de tierra por parte de la burguesía habían convertido a esta clase en la más activa económicamente. Estos intentos suponen un antecedente de las auténticas revoluciones burguesas que se inician con la Revolución Francesa.
Los países donde se dieron estos fenómenos son:
Los intentos de la burguesía de participar en el poder político e incluso sustituir a la nobleza como clase dominante se dieron a partir del siglo XVII, sobre todo en aquellos países donde la actividad comercial y la posesión de grandes extensiones de tierra por parte de la burguesía habían convertido a esta clase en la más activa económicamente. Estos intentos suponen un antecedente de las auténticas revoluciones burguesas que se inician con la Revolución Francesa.
Los países donde se dieron estos fenómenos son:
1. HOLANDA:
La transformación de Amsterdam, durante los siglos XVI y XVII, como principal centro financiero de Europa y su expansión colonial por el Asia oriental, convirtieron a los Países Bajos en el centro económico de Europa.
El reconocimiento, por parte del rey Felipe IV de España, de la independencia de las provincias holandesas en 1648 significó la primera derrota seria del antiguo sistema político.
Sin embargo, aun con intereses distintos, la burguesía y la aristocracia holandesa llegaron a un pacto a la hora de compartir el poder. No cabe duda que la común lucha por la independencia de su país de la Corona española posibilitó este acuerdo que convirtió a Holanda en una República Oligárquica, gobernada por un Estatúder. Esta unión, que proporcionó un extraordinario enriquecimiento al país y a estas clases sociales, impidió el triunfo total de la burguesía holandesa.
En 1784, Federico II el Grande, rey de Prusia organizó una Liga de príncipes alemanes para salvaguardar el statu quo en las Provincias Unidas frente a las ambiciones de Baviera.
Emprendió una confrontación contra Inglaterra por la supremacía naval y tras la agresión por parte de Luis XIV, se consumó el declive de su poder y en 1795, después una invasión francesa, las Provincias Unidas fueron substituidas por la República Bátava.
La República Bátava (neerlandés: Bataafse Republiek) fue una república con aproximadamente el mismo territorio que los actuales Países Bajos, que existió entre 1795 y 1806.
En 1813 Napoleón fue derrotado en la batalla de Leipzig. Las tropas francesas empezaron a retirarse de los Países Bajos y en Amsterdam se desencadenaron disturbios callejeros en los que se oía el grito de "Arriba Orange". Van Hogendorp y el conde Van der Duyn van Maasdam, regentes partidarios de la casa Orange, tomaron el poder, haciéndose cargo del gobierno del país hasta que regresara el príncipe heredero Guillermo Federico, hijo de Guillermo V. El 30 de noviembre de 1813, Guillermo Federico desembarcó en Scheveningen. Aceptó la soberanía y prometió respetar la constitución. En 1815 Guillermo Federico, que había adoptado el nombre de Guillermo I, se proclamó rey de los Países Bajos.
En 1815, durante un congreso en Viena, se decidió crear una serie de Estados fuertes para frenar las pretensiones expansionistas francesas. El nuevo Reino de los Países Bajos, con Guillermo I como rey, se convirtió en uno de esos Estados. Esta reunificación de los Países Bajos del Norte (Holanda) y del Sur (Bégica) no fue bien acogida en todas partes.
2. INGLATERRA:
La situación en Inglaterra era semejante a la de Holanda, con dos notables diferencias:
1. La existencia de una monarquía nacional —los Stuard— que pretendía reforzar el poder real en detrimento de las instituciones representativas de la burguesía y nobleza —Parlamento—.
La presencia de una nobleza interesada en las actividades económicas comerciales y que, lo mismo que la burguesía, se había visto beneficiada por la venta de los bienes eclesiásticos al implantarse el Anglicanismo (siglo XVI).