El carruaje tirado a caballo fue el principal modo de transporte a comienzos del siglo XIX. Este siguió siendo el caso, sobre todo en las áreas remotas, incluso tras la expansión de los ferrocarriles en la última parte del siglo. A principios del 1800 Nueva Inglaterra presenció una enorme mejoría en los caminos, de manera que los caballos y los carruajes pudieron moverse más rápidamente. En Londres, los ómnibus impulsados a caballo comenzaron a funcionar en 1829 y pronto otras ciudades adoptaron esta forma temprana de transporte público.
El carruaje tirado a caballo fue el principal modo de transporte a comienzos del siglo XIX. Este siguió siendo el caso, sobre todo en las áreas remotas, incluso tras la expansión de los ferrocarriles en la última parte del siglo. A principios del 1800 Nueva Inglaterra presenció una enorme mejoría en los caminos, de manera que los caballos y los carruajes pudieron moverse más rápidamente. En Londres, los ómnibus impulsados a caballo comenzaron a funcionar en 1829 y pronto otras ciudades adoptaron esta forma temprana de transporte público.