En primer lugar, no es lo mismo una lluvia de verano que una de invierno: aunque las gotas caigan igual, la sensación térmica no es la misma, ya que en verano si te mojas un poco te secas rápidamente mientras que, en invierno, mojarse un poco significa que a lo mejor tendrás que lidiar con la humedad durante todo el día. Si es verano, un vestido o pantalón corto se puede combinar muy bien con unas botas de agua: hoy en día hay muchos modelos y pueden quedar bien con cualquier color o tejido que llevemos. En invierno, una chaqueta o abrigo que nos cubra hasta las rodillas será el primer paso básico.
Sobre las botas de agua mencionadas: si no os veis con ellas, hay otras opciones. Lo más importante es que si veis que hay previsión real de lluvia, no os pongáis zapatos abiertos. Hay algunas marcas que optan por calzado impermeable: preguntad por ellas en cualquier tienda y os informaran. Pensad que unos zapatos que no sean impermeables pueden filtrar el agua y, si se os mojan mientras vais de camino al trabajo os podrías encontrar con los pies húmedos todo el día: eso no solamente es malo a nivel de salud (podéis coger un resfriado) sino que además se trata de un foco de creación y propagación de hongos.
Si no os gustan los paraguas, podéis probar con los impermeables o ponchos. Es más efectivo que los paraguas, sobretodo si llueve de forma lateral: el plástico os cubrirá y no se os mojará la ropa que llevéis debajo. Se venden de muchos estilos y colores: des de el clásico que parece una gabardina hasta los simples que regalan en las atracciones acuáticas de los parques de atracciones o los autobuses turísticos cuando el día está gris. Si por el contrario os gustan los paraguas, no creo que haya ningún problema en encontrar algunos que vaya bien: los hay de largos y plegables, siendo éstos últimos los más cómodos porque una vez secos se pueden llevar en el bolso y no ocupan casi nada. También, como punto negativo, se tiene que decir que se rompen con más facilidad.
Para lluvias muy finitas: ¿habéis probado los gorros? En el otoño y el invierno son ideales, sobretodo cuando empiezan los primeros fríos. Los gorros permiten, a parte de evitar mojarse el pelo en exceso, poderse tapar los oídos para no resfriarse. En algunos países del norte de Europa es prácticamente necesario usar gorros, ya que el aire es muy frío y así la parte superior de la cabeza se mantiene caliente y protegida si deciden caer algunas gotas.
Respuesta:
En primer lugar, no es lo mismo una lluvia de verano que una de invierno: aunque las gotas caigan igual, la sensación térmica no es la misma, ya que en verano si te mojas un poco te secas rápidamente mientras que, en invierno, mojarse un poco significa que a lo mejor tendrás que lidiar con la humedad durante todo el día. Si es verano, un vestido o pantalón corto se puede combinar muy bien con unas botas de agua: hoy en día hay muchos modelos y pueden quedar bien con cualquier color o tejido que llevemos. En invierno, una chaqueta o abrigo que nos cubra hasta las rodillas será el primer paso básico.
Sobre las botas de agua mencionadas: si no os veis con ellas, hay otras opciones. Lo más importante es que si veis que hay previsión real de lluvia, no os pongáis zapatos abiertos. Hay algunas marcas que optan por calzado impermeable: preguntad por ellas en cualquier tienda y os informaran. Pensad que unos zapatos que no sean impermeables pueden filtrar el agua y, si se os mojan mientras vais de camino al trabajo os podrías encontrar con los pies húmedos todo el día: eso no solamente es malo a nivel de salud (podéis coger un resfriado) sino que además se trata de un foco de creación y propagación de hongos.
Si no os gustan los paraguas, podéis probar con los impermeables o ponchos. Es más efectivo que los paraguas, sobretodo si llueve de forma lateral: el plástico os cubrirá y no se os mojará la ropa que llevéis debajo. Se venden de muchos estilos y colores: des de el clásico que parece una gabardina hasta los simples que regalan en las atracciones acuáticas de los parques de atracciones o los autobuses turísticos cuando el día está gris. Si por el contrario os gustan los paraguas, no creo que haya ningún problema en encontrar algunos que vaya bien: los hay de largos y plegables, siendo éstos últimos los más cómodos porque una vez secos se pueden llevar en el bolso y no ocupan casi nada. También, como punto negativo, se tiene que decir que se rompen con más facilidad.
Para lluvias muy finitas: ¿habéis probado los gorros? En el otoño y el invierno son ideales, sobretodo cuando empiezan los primeros fríos. Los gorros permiten, a parte de evitar mojarse el pelo en exceso, poderse tapar los oídos para no resfriarse. En algunos países del norte de Europa es prácticamente necesario usar gorros, ya que el aire es muy frío y así la parte superior de la cabeza se mantiene caliente y protegida si deciden caer algunas gotas.