maryadelsol6pe81ao Políticos, historiadores y sociólogos han intentado generalmente con poca suerte reducir el peronismo a una definición. En este terreno tal vez lo más apropiado sea aclarar que el peronismo no es una ideología, movimiento o doctrina, sino más bien una forma mentis, una mentalidad de contenido variable como lo prueba el hecho de que su fundador mandó a quemar las Iglesias en 1955 no obstante lo cual (con ‘‘magnífica ironía’’ diría Borges) el actual Papa es peronista.
El peronismo puede ser antinorteamericano -Braden o Perón- o proponer las ‘relaciones carnales’ con Washington; estatizar empresas y después privatizarlas y después reestatizarlas; abrir la economía o cerrarla, desregular los mercados o asfixiarlos con un intervencionismo aplastante.
Políticos, historiadores y sociólogos han intentado generalmente con poca suerte reducir el peronismo a una definición. En este terreno tal vez lo más apropiado sea aclarar que el peronismo no es una ideología, movimiento o doctrina, sino más bien una forma mentis, una mentalidad de contenido variable como lo prueba el hecho de que su fundador mandó a quemar las Iglesias en 1955 no obstante lo cual (con ‘‘magnífica ironía’’ diría Borges) el actual Papa es peronista.
El peronismo puede ser antinorteamericano -Braden o Perón- o proponer las ‘relaciones carnales’ con Washington; estatizar empresas y después privatizarlas y después reestatizarlas; abrir la economía o cerrarla, desregular los mercados o asfixiarlos con un intervencionismo aplastante.