La política económica del fascismo, conocido en Europa durante las décadas de 1920 y 1930 como "corporativismo", era un ingrediente esencial del totalitarismo económico tal como lo practicaban Mussolini y Hitler. En Estados Unidos, estas políticas no se llamaban “ fascismo" sino "capitalismo planificado"
argumenta que existe un sistema económico identificable en el fascismo que es distinto de los defendidos por otras ideologías, que comprende características esenciales que compartían las naciones fascistas.[1] Payne, Paxton, Sternhell y col. argumentan que si bien las economías fascistas comparten algunas similitudes, no existe una forma distintiva de organización económica fascista.[2][3][4]Gerald Feldman y Timothy Mason sostienen que el fascismo se distingue por la ausencia de una ideología económica coherente y la ausencia de un pensamiento económico serio. Afirman que las decisiones tomadas por los líderes fascistas no se pueden explicar dentro de un marco económico lógico.[5]
Los movimientos fascistas tendían a no tener ningún principio económico fijo más que el deseo general de que la economía ayudara a construir una nación fuerte.[6] Como tal, los académicos argumentan que los fascistas no tenían una ideología económica, pero sí seguían la opinión popular, los intereses de sus donantes y las necesidades de la Segunda Guerra Mundial. En general, los gobiernos fascistas ejercieron control sobre la propiedad privada, pero no la nacionalizaron.[7] Los académicos también señalaron que las grandes empresas desarrollaron una asociación cada vez más estrecha con los gobiernos fascista italiano y fascista alemán. Los líderes empresariales apoyaron los objetivos políticos y militares del gobierno. A cambio, el gobierno siguió políticas económicas que maximizaban las ganancias de sus aliados comerciales.[8]
Mientras que otros países capitalistas occidentales lucharon por una mayor propiedad estatal de la industria durante el mismo período, la Alemania nazi transfirió la propiedad pública y los servicios públicos al sector privado.[9] Los regímenes fascistas han sido descritos como capitalistas autoritarios o totalitarios.[9][10][11][12]
Respuesta:
La política económica del fascismo, conocido en Europa durante las décadas de 1920 y 1930 como "corporativismo", era un ingrediente esencial del totalitarismo económico tal como lo practicaban Mussolini y Hitler. En Estados Unidos, estas políticas no se llamaban “ fascismo" sino "capitalismo planificado"
Explicación:
:) lee y esta hay la respuesta bye :)
Respuesta:
argumenta que existe un sistema económico identificable en el fascismo que es distinto de los defendidos por otras ideologías, que comprende características esenciales que compartían las naciones fascistas.[1] Payne, Paxton, Sternhell y col. argumentan que si bien las economías fascistas comparten algunas similitudes, no existe una forma distintiva de organización económica fascista.[2][3][4]Gerald Feldman y Timothy Mason sostienen que el fascismo se distingue por la ausencia de una ideología económica coherente y la ausencia de un pensamiento económico serio. Afirman que las decisiones tomadas por los líderes fascistas no se pueden explicar dentro de un marco económico lógico.[5]
Los movimientos fascistas tendían a no tener ningún principio económico fijo más que el deseo general de que la economía ayudara a construir una nación fuerte.[6] Como tal, los académicos argumentan que los fascistas no tenían una ideología económica, pero sí seguían la opinión popular, los intereses de sus donantes y las necesidades de la Segunda Guerra Mundial. En general, los gobiernos fascistas ejercieron control sobre la propiedad privada, pero no la nacionalizaron.[7] Los académicos también señalaron que las grandes empresas desarrollaron una asociación cada vez más estrecha con los gobiernos fascista italiano y fascista alemán. Los líderes empresariales apoyaron los objetivos políticos y militares del gobierno. A cambio, el gobierno siguió políticas económicas que maximizaban las ganancias de sus aliados comerciales.[8]
Mientras que otros países capitalistas occidentales lucharon por una mayor propiedad estatal de la industria durante el mismo período, la Alemania nazi transfirió la propiedad pública y los servicios públicos al sector privado.[9] Los regímenes fascistas han sido descritos como capitalistas autoritarios o totalitarios.[9][10][11][12]