Luiyina
Curiosamente, sin embargo, ni los hindúes ni los mogules de la India han sido a través de la historia grandes navegantes como fueron los chinos o los kmeres de Cambodia. Sus puertos comerciales de los últimos siglos han sido obra de negociantes árabes que llegaban desde el Golfo o de las costas de África occidental. Posteriormente los europeos establecieron nuevos.En contraste con lo anterior, desde mediados del siglo XIX millones de indios se han dispersado por todo el mundo. Su “diáspora” actualmente alcanza más de los 20 millones de personas. Radicados en Europa, Estados Unidos, África y en el Caribe, en conjunto representan una riqueza calculada en más de 300 mil millones de dólares. Anualmente remiten a su patria más de 10,000 millones de dólares. Muchos de ellos tienen posiciones sociales y políticas relevantes. Algunos se cuentan entre los grandes millonarios mundiales y son los mejores agentes y promotores de los talentos y de los productos de su país.Con base a lo anterior, el gobierno indio articula una gran estrategia para aumentar para el año 2005 su participación en los intercambios mundiales, del 0.66% actual, a siquiera el 1%. Esta meta lleva al Primer Ministro visitar varios países asiáticos vecinos, solucionando antiguos diferendos, consolidando amistades y firmando ambiciosos acuerdos de diversos tipos.El primer logro ha sido con China donde recientemente se realizó una visita de Estado. Se avanzó en la superación de viejos agravios fronterizos. Así, China acaba de reconocer el Estado de Sikkim como parte de la India. Es casualmente por la ciudad de Changgu, Sikkim y por Banquinggang, Tibet, por donde se canalizarán las corrientes comerciales entre los dos países.La comunicación directa entre China e India va a florecer dentro de pocos años en una gran pujanza comercial e industrial. Las vastas extensiones de Asia Central, hasta ahora tan desconocidas y desatendidas, ofrecen perspectivas que la India, con su pujante producción, no va a dejar escapar. Es precisamente en esta región, que incluye al Tibet, a la que China está dando alta prioridad y donde India dirigirá sus nuevas corrientes de exportación. Los intercambios se canalizarán por los viejos caminos de caravanas por donde pasaba la Ruta de la Seda.Hacia otros rumbos, la India acaba de firmar con el grupo ASEAN, constituido por diez países vecinos, que se extienden desde Myanmar hasta las Filipinas, dos acuerdos marco, uno de Cooperación Económica, que prevé un área de libre comercio en el 2011, así como otro para el combate del terrorismo. También se adhirió al Tratado de Amistad y Cooperación del Sureste Asiático. No sólo esto, India ha lanzado el proyecto de establecer una comunidad económica ampliada con los miembros de ASEAN, además de China, Corea y Japón.En cuanto a América Latina, India ha iniciado negociaciones para un acuerdo con el Mercosur. Acaba de suscribir una asociación estratégica “arcoiris” con Brasil y Sud África, formando así un eje político y económico de varias vertientes.Ha tenido contactos con el Grupo Andino y contempla la posibilidad de un acuerdo comercial con México.Con la diversificación de sus intereses económicos y políticos la India sigue una línea parecida a la que desde hace tiempo viene operando México, el país geográficamente mejor situado del mundo, ha firmado numerosos acuerdos bilaterales y regionales.La forma en que cada uno de los dos países se propone aprovechar las ventajas de su peculiar ubicación explica la magnitud de sus pretensiones para participar en el gran juego del Siglo XXI.La India respalda su estrategia con una comunidad agrícola, industrial y de servicios muy acometedora y competitiva. México tiene que evaluar la suya y tomar las decisiones del caso. No podemos quedarnos atrás.Nueva Delhi, 27 de octubre 2003.