SíndromeDeCotard
Cuando se habla de Judo, deben tenerse en cuenta algunos antecedentes y conceptos que han contribuido a la formación de la filosofía del mismo, volviéndolo más que una disciplina, un estilo de vida para quiénes se toman más en serio su práctica como un camino para alcanzar la armonía perfecta, entre el estado mental y el corporal.
Los orígenes de esta forma de pensamiento se remontan a la infancia de su creador, Jigoro Kano, quién se había caracterizado por ser un niño de constitución frágil, que buscaba buscar una aprender a denotar fortaleza física sin necesidad de contar con armas o apariencias físicas.
Fue así como Kano se instruyó en el aprendizaje del Ju-jitsu, una disciplina que le serviría para sentar las bases del Judo y que se caracterizaba por tener una perspectiva de vida, que aseguraba en que para llevar un modo ejemplar en las acciones que hacíamos ante los demás, había que preocuparse por alcanzar la perfección espiritual.
Más tarde, al abrir su primera escuela de Judo, Kano se basaría en este concepto para formalizar un arte marcial, que contribuyera a enseñarle a sus apréndices como defenderse sin caer en la vanidad o la corrupción a causa del mismo hecho.
Si nos remontamos a la etimología de la palabra Judo, nos encontraremos con el significado de sus componentes principales, que logran definir a la actividad en sí. Por un lado tenemos la sílaba Ju, que se utiliza para denominar a las cosas flexibles, mientras que por el otro está Do, el cual se puede traducir como sendero o camino.
De esta manera, se ha conocido al Judo como el “camino de la flexibilidad”, debido a que una de sus principales objetivos, es el de obtener consecuencias de gran impacto por medio de acciones más pequeñas. Está sigue siendo una de las reglas fundamentales de muchas escuelas hasta el día de hoy.
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LA FILOSOFÍA DEL JUDO La filosofía del judo se basa en cinco elementos.
1.º El arte del mínimo esfuerzo y máxima eficacia. El judo no es un deporte rudo, lo vuelven rudo los hombres bastos; por el contrario, el judo es la técnica de la suavidad, es encontrar la fuerza del contrario para usarla en su contra, es buscar el equilibrio dentro nuestro para proyectar un desequilibrio en el contrario.
2.º La satisfacción mutua. La práctica del judo debe traer gozo y satisfacción en los practicantes, estudio, interacción, amor por aprender a través del compañero, Tory-Uke, va más lejos de contrincantes, son el reflejo mutuo de la persona interna. El respeto hacia los maestros, el respeto en el Dojo, la cortesía, la humildad y la hidalguía son papeles fundamentales en el Ju-Do (camino de la suavidad). Este arte marcial no fue creada precisamente para generar tensiones, sino más bien todo lo contrario, para liberarse y liberar.
3.º Etiqueta y bushido. Las formalidades y protocolos del judo vienen de generaciones atrás, de un pueblo que ha sabido conservar la esencia y las enseñanzas como camino de su propia existencia. El bushido aporta al judo valores tan importantes como honestidad, perseverancia, paciencia, civismo, respeto, urbanidad, incluso autocontrol como bases del practicante de judo. Pero este código ético va más allá de la práctica en el Dojo, el judoka es dentro y fuera de él, es como el Nei kung, un arte para toda vida.
4.º La educación física. Taiso o Jubi Undo, como ejercicios preliminares, lo que vulgarmente llamamos calentamiento en el judo, va más allá y se parece más a “mens sana in corpore sano” a la manera romana. El doctor Jigoro Kano lo definía de la siguiente manera: la salud es manifestada con una expresión integral y armónica. Esa dualidad se consigue a través de la práctica eficaz de una metódica cultura física.
5.º Arte y ciencia del judo. Tiene mucho que ver el judo con el binomio arte y ciencia, ya que entran las leyes físicas y también las leyes artísticas. Tienen mucho que ver con los Waza o proyecciones y con las demás técnicas. Pero también tiene que estar presente incluso en el lenguaje del judoka; nunca un judoka habla soezmente y cae en vulgarismos urbanos y callejeros, más bien se domina y habla en silencio para transmitir esa calma a los demás
Los orígenes de esta forma de pensamiento se remontan a la infancia de su creador, Jigoro Kano, quién se había caracterizado por ser un niño de constitución frágil, que buscaba buscar una aprender a denotar fortaleza física sin necesidad de contar con armas o apariencias físicas.
Fue así como Kano se instruyó en el aprendizaje del Ju-jitsu, una disciplina que le serviría para sentar las bases del Judo y que se caracterizaba por tener una perspectiva de vida, que aseguraba en que para llevar un modo ejemplar en las acciones que hacíamos ante los demás, había que preocuparse por alcanzar la perfección espiritual.
Más tarde, al abrir su primera escuela de Judo, Kano se basaría en este concepto para formalizar un arte marcial, que contribuyera a enseñarle a sus apréndices como defenderse sin caer en la vanidad o la corrupción a causa del mismo hecho.
Si nos remontamos a la etimología de la palabra Judo, nos encontraremos con el significado de sus componentes principales, que logran definir a la actividad en sí. Por un lado tenemos la sílaba Ju, que se utiliza para denominar a las cosas flexibles, mientras que por el otro está Do, el cual se puede traducir como sendero o camino.
De esta manera, se ha conocido al Judo como el “camino de la flexibilidad”, debido a que una de sus principales objetivos, es el de obtener consecuencias de gran impacto por medio de acciones más pequeñas. Está sigue siendo una de las reglas fundamentales de muchas escuelas hasta el día de hoy.
La filosofía del judo se basa en cinco elementos.
1.º El arte del mínimo esfuerzo y máxima eficacia.
El judo no es un deporte rudo, lo vuelven rudo los hombres bastos; por el contrario, el judo es la técnica de la suavidad, es encontrar la fuerza del contrario para usarla en su contra, es buscar el equilibrio dentro nuestro para proyectar un desequilibrio en el contrario.
2.º La satisfacción mutua.
La práctica del judo debe traer gozo y satisfacción en los practicantes, estudio, interacción, amor por aprender a través del compañero, Tory-Uke, va más lejos de contrincantes, son el reflejo mutuo de la persona interna. El respeto hacia los maestros, el respeto en el Dojo, la cortesía, la humildad y la hidalguía son papeles fundamentales en el Ju-Do (camino de la suavidad). Este arte marcial no fue creada precisamente para generar tensiones, sino más bien todo lo contrario, para liberarse y liberar.
3.º Etiqueta y bushido.
Las formalidades y protocolos del judo vienen de generaciones atrás, de un pueblo que ha sabido conservar la esencia y las enseñanzas como camino de su propia existencia. El bushido aporta al judo valores tan importantes como honestidad, perseverancia, paciencia, civismo, respeto, urbanidad, incluso autocontrol como bases del practicante de judo. Pero este código ético va más allá de la práctica en el Dojo, el judoka es dentro y fuera de él, es como el Nei kung, un arte para toda vida.
4.º La educación física.
Taiso o Jubi Undo, como ejercicios preliminares, lo que vulgarmente llamamos calentamiento en el judo, va más allá y se parece más a “mens sana in corpore sano” a la manera romana. El doctor Jigoro Kano lo definía de la siguiente manera: la salud es manifestada con una expresión integral y armónica. Esa dualidad se consigue a través de la práctica eficaz de una metódica cultura física.
5.º Arte y ciencia del judo.
Tiene mucho que ver el judo con el binomio arte y ciencia, ya que entran las leyes físicas y también las leyes artísticas. Tienen mucho que ver con los Waza o proyecciones y con las demás técnicas. Pero también tiene que estar presente incluso en el lenguaje del judoka; nunca un judoka habla soezmente y cae en vulgarismos urbanos y callejeros, más bien se domina y habla en silencio para transmitir esa calma a los demás