Respuesta:
La política fiscal chilena se ha guiado por una regla de balance estructural desde el
año 2001. El balance estructural del sector público refleja el balance presupuestario
que se produciría si el producto evolucionara de acuerdo a su tendencia y si los
precios del cobre y del molibdeno fuesen los de mediano plazo.1 Se trata, por lo
tanto, de un balance ajustado por el efecto de las variables cíclicas más significativas
para los ingresos fiscales. La regla de balance estructural establece que el nivel de
gasto público en cada período depende de los ingresos estructurales o permanentes
del Fisco. De esta forma se busca aislar las decisiones de gasto público, en particular
en materia de gasto e inversión social, de los vaivenes del ciclo económico y de las
fluctuaciones de los precios del cobre y del molibdeno.
Las virtudes de la regla han sido ampliamente documentadas. Entre las principales
se encuentran: permitir la acción contracíclica de la política fiscal, lo que reduce la
incertidumbre acerca de la trayectoria de la economía en el mediano plazo y la
volatilidad de la tasa de interés y del tipo de cambio; asegurar la sostenibilidad en el
tiempo de las políticas públicas y la planificación de largo plazo en los programas
sociales; permitir resguardar la competitividad del sector exportador al sostener un
tipo de cambio real más competitivo en períodos de auge en los precios de los
commodities y en períodos de expansión del producto sobre el potencial;2 aumentar
la credibilidad del Fisco como emisor de deuda, reduciendo el premio soberano que
debe pagar al emitirla y mejorando el acceso al financiamiento en períodos de
shocks externos negativos;3 y estimular el ahorro público, reduciendo la necesidad
de la economía de contar con financiamiento externo en momentos en que éste
puede ser más caro.
Explicación:
" Life is not a problem to be solved but a reality to be experienced! "
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La política fiscal chilena se ha guiado por una regla de balance estructural desde el
año 2001. El balance estructural del sector público refleja el balance presupuestario
que se produciría si el producto evolucionara de acuerdo a su tendencia y si los
precios del cobre y del molibdeno fuesen los de mediano plazo.1 Se trata, por lo
tanto, de un balance ajustado por el efecto de las variables cíclicas más significativas
para los ingresos fiscales. La regla de balance estructural establece que el nivel de
gasto público en cada período depende de los ingresos estructurales o permanentes
del Fisco. De esta forma se busca aislar las decisiones de gasto público, en particular
en materia de gasto e inversión social, de los vaivenes del ciclo económico y de las
fluctuaciones de los precios del cobre y del molibdeno.
Las virtudes de la regla han sido ampliamente documentadas. Entre las principales
se encuentran: permitir la acción contracíclica de la política fiscal, lo que reduce la
incertidumbre acerca de la trayectoria de la economía en el mediano plazo y la
volatilidad de la tasa de interés y del tipo de cambio; asegurar la sostenibilidad en el
tiempo de las políticas públicas y la planificación de largo plazo en los programas
sociales; permitir resguardar la competitividad del sector exportador al sostener un
tipo de cambio real más competitivo en períodos de auge en los precios de los
commodities y en períodos de expansión del producto sobre el potencial;2 aumentar
la credibilidad del Fisco como emisor de deuda, reduciendo el premio soberano que
debe pagar al emitirla y mejorando el acceso al financiamiento en períodos de
shocks externos negativos;3 y estimular el ahorro público, reduciendo la necesidad
de la economía de contar con financiamiento externo en momentos en que éste
puede ser más caro.
Explicación: