Eso demuestra que en general, no es un gas tóxico para las personas. La quema de carbón para producir electricidad o calor y el transporte son las principales fuentes de este contaminante. Pero no es el humo negro que sale de los tubos de escape. De hecho, si de las chimeneas o escapes sólo saliese dióxido de carbono, podríamos respirar sin demasiado problema sus ‘humos’, siempre que no superasen las 40.000 partes de carbono por millón de partículas (ppm) o entrar en un recinto cerrado donde el más de 5% del aire sea dióxido de carbono.
Ventilar frecuentemente los lugares dónde te encuentres.
Evitar gases o humos en aquellas habitaciones donde vayas a permanecer.
Protegerse del frío.
Sonarnos diariamente la nariz para limpiar las fosas nasales y permitir que entre el aire correctamente.
Explicación:
Eso demuestra que en general, no es un gas tóxico para las personas. La quema de carbón para producir electricidad o calor y el transporte son las principales fuentes de este contaminante. Pero no es el humo negro que sale de los tubos de escape. De hecho, si de las chimeneas o escapes sólo saliese dióxido de carbono, podríamos respirar sin demasiado problema sus ‘humos’, siempre que no superasen las 40.000 partes de carbono por millón de partículas (ppm) o entrar en un recinto cerrado donde el más de 5% del aire sea dióxido de carbono.