Consulte y transcriba en resumen las características de la Teoría Creacionista y teoría evolucionista sobre el origen de la humanidad. (Realice ruedas de atributos para describir cada teoría) ayuda es para hoy doy 80 puntos
Es conocida la conmoción que produjeron las ideas evolutivas en la época en que Charles Darwin (1809-1882) las divulgó y defendió en su obra maestra “El Origen de las Especies” [1]. La idea de un mundo cambiante parecía contradecir la creencia en una Creación tal como había llegado hasta los países occidentales de cultura y tradición judeo-cristiana. Un mundo creado directamente por un Creador, Dios, que no admitía interpretaciones distintas a las que se plasmaban de forma literal en el libro del Génesis. No obstante, la insaciable condena que hubo de sufrir la teoría de la evolución no pudo contrarrestar por mucho tiempo ni la convicción de los argumentos ni las evidencias de la acertada interpretación de la “selección natural” en que se basaba el darwinismo. Tampoco parecía justa la reprobación de la teoría de la evolución a priori por razones de creencia religiosa tal como la expuso Darwin, pues Darwin no negó nunca la existencia de un Creador, simplemente trató de explicar el método por el cual, cualquiera que fuese la procedencia de los seres vivos, éstos se habían diversificado de forma tan extraordinaria y asombrosa hasta llegar a la sorprendente diversidad de formas de vida actuales. El problema era que entre ellas se incluía el representante más digno, aquel que había sido creado a imagen y semejanza de Dios y que había de someter la tierra, dominar los peces del mar, las aves del cielo y todo animal que serpentea sobre la Tierra, según reza en el Capítulo 1 del relato bíblico del Génesis [2]. Sin embargo, ya en su época hubo interpretaciones menos desfavorables y más acordes con una postura mantenida con insistencia por muchos científicos, como veremos más adelante. A este respecto, hemos de recordar al Cardenal católico inglés, de origen anglicano, John Henry Newman, que señaló ya en 1868 que «la teoría de Darwin, verdadera o no, no es necesariamente atea; al contrario, simplemente puede sugerir una idea más grande de la providencia y de la habilidad divina
Respuesta:
Una vieja polémica
Es conocida la conmoción que produjeron las ideas evolutivas en la época en que Charles Darwin (1809-1882) las divulgó y defendió en su obra maestra “El Origen de las Especies” [1]. La idea de un mundo cambiante parecía contradecir la creencia en una Creación tal como había llegado hasta los países occidentales de cultura y tradición judeo-cristiana. Un mundo creado directamente por un Creador, Dios, que no admitía interpretaciones distintas a las que se plasmaban de forma literal en el libro del Génesis. No obstante, la insaciable condena que hubo de sufrir la teoría de la evolución no pudo contrarrestar por mucho tiempo ni la convicción de los argumentos ni las evidencias de la acertada interpretación de la “selección natural” en que se basaba el darwinismo. Tampoco parecía justa la reprobación de la teoría de la evolución a priori por razones de creencia religiosa tal como la expuso Darwin, pues Darwin no negó nunca la existencia de un Creador, simplemente trató de explicar el método por el cual, cualquiera que fuese la procedencia de los seres vivos, éstos se habían diversificado de forma tan extraordinaria y asombrosa hasta llegar a la sorprendente diversidad de formas de vida actuales. El problema era que entre ellas se incluía el representante más digno, aquel que había sido creado a imagen y semejanza de Dios y que había de someter la tierra, dominar los peces del mar, las aves del cielo y todo animal que serpentea sobre la Tierra, según reza en el Capítulo 1 del relato bíblico del Génesis [2]. Sin embargo, ya en su época hubo interpretaciones menos desfavorables y más acordes con una postura mantenida con insistencia por muchos científicos, como veremos más adelante. A este respecto, hemos de recordar al Cardenal católico inglés, de origen anglicano, John Henry Newman, que señaló ya en 1868 que «la teoría de Darwin, verdadera o no, no es necesariamente atea; al contrario, simplemente puede sugerir una idea más grande de la providencia y de la habilidad divina