Nuestro organismo es una maquina perfecta, pero para que funcione con tal perfección necesita cuidados y una buena dosis de energía, la cual podemos obtener mediante los alimentos, puesto que así nuestro cuerpo y las células que lo conforman podrán realizar la transformación de sustancias en un producto final y diferente llamado procesos químicos.
En clase de química de la secundaria recordarás que era necesario la utilización de una tabla que contenía y agrupaba los elementos químicos existentes que es difícil que se te olvide, pues era el coco de muchos. Pero lo fascinante de esta herramienta es que muchos de los elementos que ahí se clasifican los podemos encontrar en las verduras y frutas como por ejemplo el zinc, magnesio, potasio entre otros.
Así que pensar que la ciencia está alejada de nosotros es un error, pues desde el desayuno hasta la cena estamos en contacto directo con la química por ejemplo: imaginemos que tal desayuno conste de huevos revueltos, jugo de naranja y una manzana, la composición química del huevo nos dicta que se estará consumiendo una buena cantidad de sodio y potasio, elementos que según la tabla periódica son metales alcalinos mismos que presentan densidades bajas, son buenos conductores del calor, así como también reaccionan al agua y oxígeno.
La naranja en forma de jugo te proporcionará hierro, que es un metal de transición por lo tanto tiene gran importancia en procesos biológicos pues presenta variedad de estados de oxidación. Asimismo, el jugo de la naranja contiene fósforo que forma parte de los no metales, y que es importante en la transferencia de energía y en el proceso metabólico. Por último, la manzana proporciona entre otras cosas azufre que en cantidades moderadas en necesario para el organismo.
Como se puede observar, los elementos de la tabla periódica no son algo ajeno a nuestra cotidianidad puesto que de alguna manera los elementos químicos llegan a nuestro plato de comida.
Respuesta:
La tabla periódica de los alimentos
Nuestro organismo es una maquina perfecta, pero para que funcione con tal perfección necesita cuidados y una buena dosis de energía, la cual podemos obtener mediante los alimentos, puesto que así nuestro cuerpo y las células que lo conforman podrán realizar la transformación de sustancias en un producto final y diferente llamado procesos químicos.
En clase de química de la secundaria recordarás que era necesario la utilización de una tabla que contenía y agrupaba los elementos químicos existentes que es difícil que se te olvide, pues era el coco de muchos. Pero lo fascinante de esta herramienta es que muchos de los elementos que ahí se clasifican los podemos encontrar en las verduras y frutas como por ejemplo el zinc, magnesio, potasio entre otros.
Así que pensar que la ciencia está alejada de nosotros es un error, pues desde el desayuno hasta la cena estamos en contacto directo con la química por ejemplo: imaginemos que tal desayuno conste de huevos revueltos, jugo de naranja y una manzana, la composición química del huevo nos dicta que se estará consumiendo una buena cantidad de sodio y potasio, elementos que según la tabla periódica son metales alcalinos mismos que presentan densidades bajas, son buenos conductores del calor, así como también reaccionan al agua y oxígeno.
La naranja en forma de jugo te proporcionará hierro, que es un metal de transición por lo tanto tiene gran importancia en procesos biológicos pues presenta variedad de estados de oxidación. Asimismo, el jugo de la naranja contiene fósforo que forma parte de los no metales, y que es importante en la transferencia de energía y en el proceso metabólico. Por último, la manzana proporciona entre otras cosas azufre que en cantidades moderadas en necesario para el organismo.
Como se puede observar, los elementos de la tabla periódica no son algo ajeno a nuestra cotidianidad puesto que de alguna manera los elementos químicos llegan a nuestro plato de comida.