La primera hipótesis, apoyada por algunos analistas y basada en el actual crecimiento económico del Asia sudoriental, supone un desarrollo significativo de la economía mundial después de la conclusión del Acuerdo General sobre Aranceles Aduaneros y Comercio (GATT). Según esta hipótesis, el crecimiento continuado del comercio mundial permitirá a los países del Sur con déficit de alimentos producir y exportar bienes y servicios industriales, lo que les daría la posibilidad de adquirir cantidades significativas de alimentos de los países del Norte con excedentes alimentarios. Muchos de estos países desarrollados ricos tienen un considerable potencial de producción no aprovechado, debido a su experiencia tecnológica y a sus infraestructuras de comercialización. Estos métodos de producción intensiva se están adaptando a las necesidades actuales del desarrollo sostenible. Para que estos alimentos lleguen a los países pobres expuestos a la inseguridad alimentaria será necesario formular políticas nacionales eficaces de seguridad alimentaria. Estas políticas deben asegurar a la población pobre tanto rural como urbana mayores derechos a los alimentos mediante un acceso más amplio a éstos gracias a la generación de ingresos y a las posibilidades de empleo. Aunque el comercio Norte-Sur puede mejorar la seguridad alimentaria nacional de los países en desarrollo, ello no significa necesariamente que vaya a mejorar la seguridad alimentaria familiar de la población pobre de esos países, en cuanto grupo, ni a permitir un mayor acceso a los alimentos en las localidades más remotas.
Explicación: La población expuesta a la inseguridad alimentaria no produce de forma habitual alimentos suficientes para mantenerse ni tiene capacidad adquisitiva para comprar alimentos a otros productores. Durante los períodos de hambre, muchas veces no hay alimentos, a ningún precio. Dado que la preocupación por la integridad del hábitat natural limitará una expansión significativa de la superficie destinada a la agricultura, hay que buscar otras estrategias para alimentar a una población mundial que puede superar los 7 000 millones de habitantes en el año 2010. Se han formulado varias hipótesis alternativas (McCalla, 1994). Pueden dividirse en dos grupos distintos.
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La primera hipótesis, apoyada por algunos analistas y basada en el actual crecimiento económico del Asia sudoriental, supone un desarrollo significativo de la economía mundial después de la conclusión del Acuerdo General sobre Aranceles Aduaneros y Comercio (GATT). Según esta hipótesis, el crecimiento continuado del comercio mundial permitirá a los países del Sur con déficit de alimentos producir y exportar bienes y servicios industriales, lo que les daría la posibilidad de adquirir cantidades significativas de alimentos de los países del Norte con excedentes alimentarios. Muchos de estos países desarrollados ricos tienen un considerable potencial de producción no aprovechado, debido a su experiencia tecnológica y a sus infraestructuras de comercialización. Estos métodos de producción intensiva se están adaptando a las necesidades actuales del desarrollo sostenible. Para que estos alimentos lleguen a los países pobres expuestos a la inseguridad alimentaria será necesario formular políticas nacionales eficaces de seguridad alimentaria. Estas políticas deben asegurar a la población pobre tanto rural como urbana mayores derechos a los alimentos mediante un acceso más amplio a éstos gracias a la generación de ingresos y a las posibilidades de empleo. Aunque el comercio Norte-Sur puede mejorar la seguridad alimentaria nacional de los países en desarrollo, ello no significa necesariamente que vaya a mejorar la seguridad alimentaria familiar de la población pobre de esos países, en cuanto grupo, ni a permitir un mayor acceso a los alimentos en las localidades más remotas.
Explicación: La población expuesta a la inseguridad alimentaria no produce de forma habitual alimentos suficientes para mantenerse ni tiene capacidad adquisitiva para comprar alimentos a otros productores. Durante los períodos de hambre, muchas veces no hay alimentos, a ningún precio. Dado que la preocupación por la integridad del hábitat natural limitará una expansión significativa de la superficie destinada a la agricultura, hay que buscar otras estrategias para alimentar a una población mundial que puede superar los 7 000 millones de habitantes en el año 2010. Se han formulado varias hipótesis alternativas (McCalla, 1994). Pueden dividirse en dos grupos distintos.