davidalejandro7Este seria el metodo mas facil para definir un tema: Es tener presente que, en definitiva, el tema es un resumen del resumen, es decir, hay que prescindir de los detalles del resumen para quedarnos solamente con lo fundamental, con lo que se quiso decir al escribir el texto. Para ello, podemos plantearnos preguntas que nos conduzcan a la formulación esencial de lo que dice el texto: ¿de qué va?, ¿qué pretende comunicarnos el autor?, ¿cuál es el sentido abstracto, global y esencial de lo que aquí se dice?, ¿qué quiere decir el texto? Las respuestas nos llevarán, inequívocamente, a la idea central del texto.E
El tema de un texto es una frase que sintetiza o engloba todo el texto, una exposición muy breve de la idea central del escrito en torno a la cual se organiza el significado del texto y que da sentido -universal- a los datos o acontecimientos concretos que presente el texto.
Dos métodos pueden resultar muy útiles a la hora de determinar el tema:
1. Uno es tener presente que, en definitiva, el tema es un resumen del resumen, es decir, hay que prescindir de los detalles del resumen para quedarnos solamente con lo fundamental, con lo que se quiso decir al escribir el texto. Para ello, podemos plantearnos preguntas que nos conduzcan a la formulación esencial de lo que dice el texto: ¿de qué va?, ¿qué pretende comunicarnos el autor?, ¿cuál es el sentido abstracto, global y esencial de lo que aquí se dice?, ¿qué quiere decir el texto? Las respuestas nos llevarán, inequívocamente, a la idea central del texto.
2. También podemos aprender la distinción que los lingüistas establecen entre dos conceptos: tópico (o tema) y foco (o rema). El tópico es aquello sobre lo que se habla y que o bien se explica al principio del texto o bien el autor supone que ya conoce el receptor. Por el contrario, el foco es lo que se dice sobre el tópico, o sea, lo nuevo. El tópico es la información ya conocida, mientras que el foco es la información nueva. Pues bien, a la hora de redactar el tema debes tener en cuenta, sobre todo, el foco, es decir, aquello que aporta el escrito, la información nueva. El tema debería definir el texto que nos ocupa en aquel apartado que lo diferencia de los demás, es decir, partiendo del tópico (que ya conocemos por otros textos que lo comparten), y centrándose en el foco, que es lo que realmente aporta de nuevo.
Ahora bien, ¿cómo debemos redactar el tema? En el momento de redactarlo no debes buscar frases que sorprendan, porque no estás poniendo el titular de un artículo sensacionalista. Más bien, imagina que estás poniendo el título a un epígrafe de un libro de texto.
Por otra parte, un buen tema reúne una serie de cualidades: debe ser conciso, es decir, siempre que sea posible ha de ser una frase muy breve; debe ser claro, pues su lectura debe permitir entender con precisión el contenido fundamental del texto; debe ser concreto, ya que especificará el fondo del texto.
Como hemos apuntado, determinar el tema significa definir claramente con una frase, enunciada de manera general, la idea central que englobe todo el texto. Sería como la abreviación del resumen en una línea. Al tratarse de una técnica de abstracción sobre el contenido de un texto, caben muchas formas de glosar el tema. Un método útil y eficaz es barajar varios enunciados y, tras una comprobación rigurosa, elegir el que mejor recoja el sentido del texto.
El tema debe expresarse en un enunciado claro y sintético, lo cual no excluye una cierta complejidad. No debe ser demasiado general ni tampoco excesivamente subjetivo y original, evitando títulos atractivos o llamativos que no reflejan el contenido.
Decir, por ejemplo, que el tema de un poema es “el amor” tiene muy escaso mérito, puesto que tal formulación no distingue ese texto entre miles de poemas con una temática semejante. Es necesario precisar más, incluir algo que concrete el significado del texto, que lo individualice.
No debemos caer en la confusión de identificar el tema con otros aspectos del contenido como el argumento, la tesis o el propósito. El concepto de argumento conlleva el desarrollo temporal o espacial de un asunto y aunque lo abreviásemos siempre contendría alusiones a personajes y a elementos circunstanciales que no pueden entrar en la formulación del tema. Por otra parte, recordemos que el tema viene a ser como una síntesis conceptual o abstracta de lo que el autor ha dicho; no lo que ha pretendido decir con lo que ha dicho (de averiguar eso se encarga la determinación del propósito). Así pues, una forma de presentar el tema de un texto sería mediante la utilización de sustantivos abstractos que precisan y matizan la idea central: “La crítica de …”, “La denuncia de …”, “Las ventajas y desventajas de …”, “La defensa de …” = TEMA; mientras que enunciados como: “Criticar el …”, “Denunciar la …”, Comentar las …” o “Defender el …” corresponderían al enunciado de la TESIS o el PROPÓSITO. Recuerda que los problemas más habituales a la hora de determinar el tema de un texto son:
Es tener presente que, en definitiva, el tema es un resumen del resumen, es decir, hay que prescindir de los detalles del resumen para quedarnos solamente con lo fundamental, con lo que se quiso decir al escribir el texto. Para ello, podemos plantearnos preguntas que nos conduzcan a la formulación esencial de lo que dice el texto: ¿de qué va?, ¿qué pretende comunicarnos el autor?, ¿cuál es el sentido abstracto, global y esencial de lo que aquí se dice?, ¿qué quiere decir el texto? Las respuestas nos llevarán, inequívocamente, a la idea central del texto.E
El tema de un texto es una frase que sintetiza o engloba todo el texto, una exposición muy breve de la idea central del escrito en torno a la cual se organiza el significado del texto y que da sentido -universal- a los datos o acontecimientos concretos que presente el texto.
Dos métodos pueden resultar muy útiles a la hora de determinar el tema:
1. Uno es tener presente que, en definitiva, el tema es un resumen del resumen, es decir, hay que prescindir de los detalles del resumen para quedarnos solamente con lo fundamental, con lo que se quiso decir al escribir el texto. Para ello, podemos plantearnos preguntas que nos conduzcan a la formulación esencial de lo que dice el texto: ¿de qué va?, ¿qué pretende comunicarnos el autor?, ¿cuál es el sentido abstracto, global y esencial de lo que aquí se dice?, ¿qué quiere decir el texto? Las respuestas nos llevarán, inequívocamente, a la idea central del texto.
2. También podemos aprender la distinción que los lingüistas establecen entre dos conceptos: tópico (o tema) y foco (o rema). El tópico es aquello sobre lo que se habla y que o bien se explica al principio del texto o bien el autor supone que ya conoce el receptor. Por el contrario, el foco es lo que se dice sobre el tópico, o sea, lo nuevo. El tópico es la información ya conocida, mientras que el foco es la información nueva. Pues bien, a la hora de redactar el tema debes tener en cuenta, sobre todo, el foco, es decir, aquello que aporta el escrito, la información nueva. El tema debería definir el texto que nos ocupa en aquel apartado que lo diferencia de los demás, es decir, partiendo del tópico (que ya conocemos por otros textos que lo comparten), y centrándose en el foco, que es lo que realmente aporta de nuevo.
Ahora bien, ¿cómo debemos redactar el tema? En el momento de redactarlo no debes buscar frases que sorprendan, porque no estás poniendo el titular de un artículo sensacionalista. Más bien, imagina que estás poniendo el título a un epígrafe de un libro de texto.
Por otra parte, un buen tema reúne una serie de cualidades: debe ser conciso, es decir, siempre que sea posible ha de ser una frase muy breve; debe ser claro, pues su lectura debe permitir entender con precisión el contenido fundamental del texto; debe ser concreto, ya que especificará el fondo del texto.
Como hemos apuntado, determinar el tema significa definir claramente con una frase, enunciada de manera general, la idea central que englobe todo el texto. Sería como la abreviación del resumen en una línea. Al tratarse de una técnica de abstracción sobre el contenido de un texto, caben muchas formas de glosar el tema. Un método útil y eficaz es barajar varios enunciados y, tras una comprobación rigurosa, elegir el que mejor recoja el sentido del texto.
El tema debe expresarse en un enunciado claro y sintético, lo cual no excluye una cierta complejidad. No debe ser demasiado general ni tampoco excesivamente subjetivo y original, evitando títulos atractivos o llamativos que no reflejan el contenido.
Decir, por ejemplo, que el tema de un poema es “el amor” tiene muy escaso mérito, puesto que tal formulación no distingue ese texto entre miles de poemas con una temática semejante. Es necesario precisar más, incluir algo que concrete el significado del texto, que lo individualice.
No debemos caer en la confusión de identificar el tema con otros aspectos del contenido como el argumento, la tesis o el propósito. El concepto de argumento conlleva el desarrollo temporal o espacial de un asunto y aunque lo abreviásemos siempre contendría alusiones a personajes y a elementos circunstanciales que no pueden entrar en la formulación del tema. Por otra parte, recordemos que el tema viene a ser como una síntesis conceptual o abstracta de lo que el autor ha dicho; no lo que ha pretendido decir con lo que ha dicho (de averiguar eso se encarga la determinación del propósito). Así pues, una forma de presentar el tema de un texto sería mediante la utilización de sustantivos abstractos que precisan y matizan la idea central: “La crítica de …”, “La denuncia de …”, “Las ventajas y desventajas de …”, “La defensa de …” = TEMA; mientras que enunciados como: “Criticar el …”, “Denunciar la …”, Comentar las …” o “Defender el …” corresponderían al enunciado de la TESIS o el PROPÓSITO.
Recuerda que los problemas más habituales a la hora de determinar el tema de un texto son: