Diversas teorias pedagógicas han intentado explicar cómo aprendemos. Unos dicen que aprendemos de forma repetitiva o memorística, otros a través de condicionamientos (Paulov), otros a través de la interacción con el objeto de conocimiento (Piaget), otros dicen que aprendemos en interacción con los otros (Vigostky), otros proponen que se aprende cuando resulta interesante lo que se nos enseña (Ausubel)… Lo cierto es que la forma en que entendamos cómo aprendemos va a condicionar nuestra forma de entender la educación y, por tanto, nuestra forma de enseñar.
Todas estas teorías educativas son válidas y no excluyentes entre ellas, sin embargo, la simple acción de acumular conocimientos no significa, necesariamente, haber adquirido un buen nivel de aprendizaje. Si estos conocimientos no han sido bien integrados no podrán ser utilizados con eficacia.
Diversas teorias pedagógicas han intentado explicar cómo aprendemos. Unos dicen que aprendemos de forma repetitiva o memorística, otros a través de condicionamientos (Paulov), otros a través de la interacción con el objeto de conocimiento (Piaget), otros dicen que aprendemos en interacción con los otros (Vigostky), otros proponen que se aprende cuando resulta interesante lo que se nos enseña (Ausubel)… Lo cierto es que la forma en que entendamos cómo aprendemos va a condicionar nuestra forma de entender la educación y, por tanto, nuestra forma de enseñar.
Todas estas teorías educativas son válidas y no excluyentes entre ellas, sin embargo, la simple acción de acumular conocimientos no significa, necesariamente, haber adquirido un buen nivel de aprendizaje. Si estos conocimientos no han sido bien integrados no podrán ser utilizados con eficacia.