Por mucho tiempo, los estudiosos de las ciencias sociales han buscado indagar la relación entre la religiosidad y la economía.
Ese interés es natural ya que, al ser un componente esencial de la cultura, es esperable que la religión influya en el desempeño económico. A su vez, al aumentar el acceso a los bienes y servicios, el desarrollo puede modificar las actitudes religiosas.
De ahí que la causalidad entre la religión y el progreso pueda, en principio, ocurrir en ambas direcciones. Entre las teorías postuladas a lo largo de los años, han predominado dos que corresponden a los ángulos mencionados.
En el primer sentido, hace casi un siglo, Max Weber, uno de los padres de la sociología, señaló que la Revolución Industrial había surgido gracias al espíritu de la Reforma Protestante, la cual había infundido rasgos como el ahorro, el espíritu de trabajo, la honestidad y la tolerancia.
En suma, las creencias religiosas pueden contribuir potentemente al desarrollo. Si bien éste tiende a coincidir con un declive en la religiosidad, ello no obedece a que la gente sea más rica. La religiosidad y la fortuna no están reñidas.
Respuesta:
Por mucho tiempo, los estudiosos de las ciencias sociales han buscado indagar la relación entre la religiosidad y la economía.
Ese interés es natural ya que, al ser un componente esencial de la cultura, es esperable que la religión influya en el desempeño económico. A su vez, al aumentar el acceso a los bienes y servicios, el desarrollo puede modificar las actitudes religiosas.
De ahí que la causalidad entre la religión y el progreso pueda, en principio, ocurrir en ambas direcciones. Entre las teorías postuladas a lo largo de los años, han predominado dos que corresponden a los ángulos mencionados.
En el primer sentido, hace casi un siglo, Max Weber, uno de los padres de la sociología, señaló que la Revolución Industrial había surgido gracias al espíritu de la Reforma Protestante, la cual había infundido rasgos como el ahorro, el espíritu de trabajo, la honestidad y la tolerancia.
En suma, las creencias religiosas pueden contribuir potentemente al desarrollo. Si bien éste tiende a coincidir con un declive en la religiosidad, ello no obedece a que la gente sea más rica. La religiosidad y la fortuna no están reñidas.
Explicación: