Respuesta:
La ciencia moderna es una criatura del sistema de producción y de vida que permitió a
la humanidad elevarse hasta los umbrales de la civilización universal. Hoy, sin
embargo, este sistema se ha vuelto incompatible con la vida civilizada, y con la vida
misma, y es su mayor amenaza.
Por eso, en esta hora, trabajadores científicos de distintos campos nos acercamos,
aprestándonos para trabajar en la construcción de una economía y una sociedad de
transición. La necesidad de replantear el papel de la ciencia en el desarrollo social crea
nuevas exigencias y nuevos problemas en todos los campos del conocimiento. A la vez,
brinda un nuevo sentido a las instituciones científicas, y, sobre todo, a la universidad.
¿Cuál es la posición del científico trabajando en una disciplina –la ciencia básica- que
es responsable importante de haber generado esta sociedad? (**)
El trabajador científico individual se halla en una encrucijada. Sabe que las capacidades
productivas encerradas en la ciencia constituyen la esperanza de la civilización;
comprende que son el fruto del sistema que hoy es la mayor amenaza de la humanidad;
y se horroriza viéndose convertido en cómplice o agente de esa amenaza. Su tragedia
moral, advierte con espanto, remite al proyecto Manhattan.
Auschwitz, Hiroshima... ¿Es culpable la ciencia, en algún sentido? ¿Lo
son Albert Einstein, Enrico Fermi?
El horror provocado por el daño inferido a otros es un sentimiento propiamente
humano. Pero, jamás ese daño puede provenir del desarrollo de conceptos, que son el
producto humano más específico. Así lo comprendían los discípulos de Sócrates,
quienes habían aprendido de su maestro esta verdad de la verdad: no es concebible que
el conocimiento filosófico/científico provoque a nadie mal alguno, porque ¿qué puede
ser ese conocimiento sino conocimiento de la verdad? Y el saber de la verdad es
inseparable del saber elegir, o el saber distinguir los valores (fronesis), y forma parte de
la sabiduría. Para esos lejanos precursores del pensamiento moderno la vida del hombre
sabio es eminentemente pública, y está impregnada de la más alta dimensión política.
No es de otro modo para nosotros hoy.
¿Qué papel le cabe a la Universidad en un programa de transformación y progreso
social?
La vida pública del universitario no se agota en la Universidad, pero tiene en ella su
ámbito inmediato. La universidad, institución específica de la ciencia moderna,
acompaña al sistema capitalista desde sus orígenes, y forma parte esencial de él (lo
mismo que la sociedad civil, el Estado moderno, la empresa de capital, la clase
capitalista, el proletariado). En toda su historia, fue la planta central del sistema para la
elaboración de los productos intelectuales necesarios para su reproducción y desarrollo.
Hoy estamos en vísperas de la fase de transición hacia una civilización no capitalista.
Explicación:
espero te sirva
" Life is not a problem to be solved but a reality to be experienced! "
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Respuesta:
La ciencia moderna es una criatura del sistema de producción y de vida que permitió a
la humanidad elevarse hasta los umbrales de la civilización universal. Hoy, sin
embargo, este sistema se ha vuelto incompatible con la vida civilizada, y con la vida
misma, y es su mayor amenaza.
Por eso, en esta hora, trabajadores científicos de distintos campos nos acercamos,
aprestándonos para trabajar en la construcción de una economía y una sociedad de
transición. La necesidad de replantear el papel de la ciencia en el desarrollo social crea
nuevas exigencias y nuevos problemas en todos los campos del conocimiento. A la vez,
brinda un nuevo sentido a las instituciones científicas, y, sobre todo, a la universidad.
¿Cuál es la posición del científico trabajando en una disciplina –la ciencia básica- que
es responsable importante de haber generado esta sociedad? (**)
El trabajador científico individual se halla en una encrucijada. Sabe que las capacidades
productivas encerradas en la ciencia constituyen la esperanza de la civilización;
comprende que son el fruto del sistema que hoy es la mayor amenaza de la humanidad;
y se horroriza viéndose convertido en cómplice o agente de esa amenaza. Su tragedia
moral, advierte con espanto, remite al proyecto Manhattan.
Auschwitz, Hiroshima... ¿Es culpable la ciencia, en algún sentido? ¿Lo
son Albert Einstein, Enrico Fermi?
El horror provocado por el daño inferido a otros es un sentimiento propiamente
humano. Pero, jamás ese daño puede provenir del desarrollo de conceptos, que son el
producto humano más específico. Así lo comprendían los discípulos de Sócrates,
quienes habían aprendido de su maestro esta verdad de la verdad: no es concebible que
el conocimiento filosófico/científico provoque a nadie mal alguno, porque ¿qué puede
ser ese conocimiento sino conocimiento de la verdad? Y el saber de la verdad es
inseparable del saber elegir, o el saber distinguir los valores (fronesis), y forma parte de
la sabiduría. Para esos lejanos precursores del pensamiento moderno la vida del hombre
sabio es eminentemente pública, y está impregnada de la más alta dimensión política.
No es de otro modo para nosotros hoy.
¿Qué papel le cabe a la Universidad en un programa de transformación y progreso
social?
La vida pública del universitario no se agota en la Universidad, pero tiene en ella su
ámbito inmediato. La universidad, institución específica de la ciencia moderna,
acompaña al sistema capitalista desde sus orígenes, y forma parte esencial de él (lo
mismo que la sociedad civil, el Estado moderno, la empresa de capital, la clase
capitalista, el proletariado). En toda su historia, fue la planta central del sistema para la
elaboración de los productos intelectuales necesarios para su reproducción y desarrollo.
Hoy estamos en vísperas de la fase de transición hacia una civilización no capitalista.
Explicación:
espero te sirva