Con el propósito de conseguir una buena Calidad de Vida a medida que se va cumpliendo años, cualquier programa de actividad física dedicado a las personas mayores debería orientarse al menos hacia dos aspectos fundamentales (Pastor, 2005):
Potenciar el apoyo físico–sanitario para resolver cuantos problemas y limitaciones dificultan la adaptación de la persona mayor a su entorno de vida.
Actuar sobre el sujeto para mejorar las capacidades necesarias para resolver los problemas que le pueda plantear su adaptación presente o futura.
Teniendo en cuenta estos dos principios pedagógicos, la actividad física debería ir encaminada en conseguir “que las personas mantengan su independencia y autonomía en etapas posteriores de su vida”. Podríamos completar esta afirmación con las aportaciones de Neri y otros (1999), que nos dice que la “si un adulto mayor tiene una buena capacidad física, la preservación de este potencial y su estimulación a través de la práctica deportiva puede reforzar el sentido de bienestar y favorecer la manutención de vínculos sociales”. A partir de esta idea, Minkler y otros (2002) nos dicen que el successful aging es referido como la posibilidad de mantenerse:
En un bajo riesgo de enfermar.
Con un nivel optimo de actividad física y mental.
Decididamente comprometido en actividades que le permitan relacionarse con los demás.
Respuesta:
Con el propósito de conseguir una buena Calidad de Vida a medida que se va cumpliendo años, cualquier programa de actividad física dedicado a las personas mayores debería orientarse al menos hacia dos aspectos fundamentales (Pastor, 2005):
Potenciar el apoyo físico–sanitario para resolver cuantos problemas y limitaciones dificultan la adaptación de la persona mayor a su entorno de vida.
Actuar sobre el sujeto para mejorar las capacidades necesarias para resolver los problemas que le pueda plantear su adaptación presente o futura.
Teniendo en cuenta estos dos principios pedagógicos, la actividad física debería ir encaminada en conseguir “que las personas mantengan su independencia y autonomía en etapas posteriores de su vida”. Podríamos completar esta afirmación con las aportaciones de Neri y otros (1999), que nos dice que la “si un adulto mayor tiene una buena capacidad física, la preservación de este potencial y su estimulación a través de la práctica deportiva puede reforzar el sentido de bienestar y favorecer la manutención de vínculos sociales”. A partir de esta idea, Minkler y otros (2002) nos dicen que el successful aging es referido como la posibilidad de mantenerse:
En un bajo riesgo de enfermar.
Con un nivel optimo de actividad física y mental.
Decididamente comprometido en actividades que le permitan relacionarse con los demás.