michelleneira
La balsa muisca es la obra maestra de un orfebre de esta sociedad que habitó en tiempos prehispánicos en los altiplanos fríos y en algunas vertientes templadas de lo que hoy son los departamentos de Cundinamarca y Boyacá. No fue hecha como objeto de adorno o símbolo de estatus de algún cacique; se elaboró para ser ofrendada a los dioses, como un mensaje o una petición en representación de los muiscas, en una cueva. En efecto, fue hallada junto con otros objetos en una cueva de una cumbre que tiene una vista panorámica, al sur del territorio muisca, en Pasca.
Hoy la balsa es un símbolo de Colombia y de la identidad de los colombianos, quienes la reconocen como una obra maestra del ancestro indígena de su cultura mestiza. En efecto, causa emoción encontrarla hacia el final del recorrido del Museo del Oro, en Bogotá: "¡La barquita!", decimos, y empezamos a explicarla al turista que trajimos hoy al Museo para que se maraville con el patrimonio colombiano. "Aquí se ve al cacique cuando hacía la ceremonia de Eldorado en la laguna de Guatavita: entraba en una balsa al medio de la laguna que te conté, y ahí, ¿te acuerdas?, echaba el oro y las esmeraldas en el agua".
Pasca fue un pueblo de orfebres a juzgar por los múltiples elementos utilizados en los talleres de orfebrería que se han encontrado en la región: tubos de cerámica que servían para avivar el fuego al fundir el metal, lajas de piedra sobre las que probablemente se modelaba la cera de abejas y se hacían los hilos de cera con los que el orfebre armaba, como dibujando, sus figuras de un arte más aficionado a la segunda dimensión que al 3D. Luego cubría el modelo de cera con carbón molido y arcilla hasta formar un molde, calentaba para secar la cera (por eso lo llamamos "la cera perdida"), y en el vacío dejado por ella vertía el metal fundido, una aleación de oro y cobre. Rompiendo el molde, la pieza salía en metal tal como el artista la había concebido en cera.
La balsa muisca es claramente 3D. Es una escena compleja llena de detalles e ideas (¡poca gente sabe que el cacique está sentado en una silla!) y sin embargo fue hecha toda en cera y vaciada en una sola operación, sin partes o soldaduras.
Con ella se hallaron, como parte de la misma ofrenda, un recipiente y un poporo de cerámica, un fragmento de cráneo de felino y otro objeto de orfebrería con una figura semejante al cacique de la balsa (grande y adornado) y dos personajes de menor tamaño y jerarquía, pero que llevan aquellos gorros con aletas rectangulares que eran marcadores de prestigio entre los muiscas.
¿Qué representa la segunda pieza? ¿Es otra balsa, un "borrador" para indicarle al cacique que encargó la ofrenda cómo sería la obra maestra? Algunos la han interpretado como un cacique llevado en andas, puesto que los conquistadores reportaron que así se los trasportaba, sin que tocaran el piso.
Al mirarlos con detalle, los dos objetos comparten elementos del tema (los tamaños relativos de las figuras, la nariguera y diadema del cacique, los biombos con estandartes como abanicos) y elementos morfológicos (los calados o perforaciones triangulares). Pero no parecen hechos por una sola persona: la pieza menor prefiere adornar con calados, mientras que la balsa es una fiesta de hilos de cera que forman las figuras, las delinean o las decoran. Las piernas del cacique, por ejemplo, ¡son una selva de hilos!
Hoy la balsa es un símbolo de Colombia y de la identidad de los colombianos, quienes la reconocen como una obra maestra del ancestro indígena de su cultura mestiza. En efecto, causa emoción encontrarla hacia el final del recorrido del Museo del Oro, en Bogotá: "¡La barquita!", decimos, y empezamos a explicarla al turista que trajimos hoy al Museo para que se maraville con el patrimonio colombiano. "Aquí se ve al cacique cuando hacía la ceremonia de Eldorado en la laguna de Guatavita: entraba en una balsa al medio de la laguna que te conté, y ahí, ¿te acuerdas?, echaba el oro y las esmeraldas en el agua".
Pasca fue un pueblo de orfebres a juzgar por los múltiples elementos utilizados en los talleres de orfebrería que se han encontrado en la región: tubos de cerámica que servían para avivar el fuego al fundir el metal, lajas de piedra sobre las que probablemente se modelaba la cera de abejas y se hacían los hilos de cera con los que el orfebre armaba, como dibujando, sus figuras de un arte más aficionado a la segunda dimensión que al 3D. Luego cubría el modelo de cera con carbón molido y arcilla hasta formar un molde, calentaba para secar la cera (por eso lo llamamos "la cera perdida"), y en el vacío dejado por ella vertía el metal fundido, una aleación de oro y cobre. Rompiendo el molde, la pieza salía en metal tal como el artista la había concebido en cera.
La balsa muisca es claramente 3D. Es una escena compleja llena de detalles e ideas (¡poca gente sabe que el cacique está sentado en una silla!) y sin embargo fue hecha toda en cera y vaciada en una sola operación, sin partes o soldaduras.
Con ella se hallaron, como parte de la misma ofrenda, un recipiente y un poporo de cerámica, un fragmento de cráneo de felino y otro objeto de orfebrería con una figura semejante al cacique de la balsa (grande y adornado) y dos personajes de menor tamaño y jerarquía, pero que llevan aquellos gorros con aletas rectangulares que eran marcadores de prestigio entre los muiscas.
¿Qué representa la segunda pieza? ¿Es otra balsa, un "borrador" para indicarle al cacique que encargó la ofrenda cómo sería la obra maestra? Algunos la han interpretado como un cacique llevado en andas, puesto que los conquistadores reportaron que así se los trasportaba, sin que tocaran el piso.
Al mirarlos con detalle, los dos objetos comparten elementos del tema (los tamaños relativos de las figuras, la nariguera y diadema del cacique, los biombos con estandartes como abanicos) y elementos morfológicos (los calados o perforaciones triangulares). Pero no parecen hechos por una sola persona: la pieza menor prefiere adornar con calados, mientras que la balsa es una fiesta de hilos de cera que forman las figuras, las delinean o las decoran. Las piernas del cacique, por ejemplo, ¡son una selva de hilos!