¿cómo funciona el sistema respiratorio en un perro?
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Las funciones del sistema respiratorio del perro proporcionan oxígeno al cuerpo, el cual es asimilado por las células para eliminar la materia procedente de los alimentos, siendo recogido por las mismas a través de la corriente sanguínea. (Fíg. 9). El aire se introduce en el sistema respiratorio a través de los orificios nasales atravesando una especie de huesecillos en forma de espirales cubiertos por una membrana mucosa en la nariz o cavidad nasal. Dichos huesecillos en forma de turbinas proporcionan un efecto protector contra el aire que se respira. El aire pasa a través de la farifige o parte trasera de la garganta, bajando a través de la laringe. Es en este punto donde la epiglotis permanece abierta para respirar, pero cerrando este paso de aire hacia la laringe cuando traga. Desde la laringe el aire pasa a través de los cartílagos de la tráquea, bajando por el conducto traqueal hacia la cavidad torácica en donde la tráquea se divide en una serie de tubos más pequeños conocidos como bronquios. Cada bronquio se proyecta dentro del pulmón y se divide posteriormente en otras bronquiolas más y más pequeñas hasta llegar a formarse unas pequeñísimas bronquiolas, las cuales finalmente se convierten en un simple conducto que se abre formando una especie de área secular conocida como alvéolo. Es en el alvéolo donde el oxígeno procedente del aire es absorbido a través de las células y llevado a la corriente sanguínea. El dióxido de carbón que ha sido recogido en las células y traído de nuevo a los pulmones pasa a través de la corriente sanguínea al alvéolo y es expulsado al aire que le rodea por medio de la expiración.
Los pulmones son unos órganos esponjosos muy suaves. El proceso de la respiración se realiza por medio de los músculos de las costillas y el diafragma. Este músculo es similar a una cortina que se extiende desde la parte superior de la cavidad torácica, deslizándose hacia el fondo de la misma detrás de los pulmones. Cuando el diafragma se contrae al igual que un músculo da lugar a un aumento de tamaño en la cavidad torácica causando una presión negativa en los pulmones y forzando el paso del aire a través del conducto respiratorio. Orificios nasales Cavidad nasal Paladar Cavidad bucal Faringe Epiglotis Laringe Traquea Bifurcación de la traquea Bronquios primarios Bronquios secundarios Corazón Pulmón Bronquios primarios Diafragma Bronquios secundarios Terminación bronquial Saco alveolar Alvé
lis28Las funciones del sistema respiratorio proporcionan oxígeno al cuerpo, el cual es asimilado por las células para eliminar la materia procedente de los alimentos, siendo recogido por las mismas a través de la corriente sanguínea. El aire se introduce en el sistema respiratorio a través de los orificios nasales atravesando una especie de huesecillos en forma de espirales cubiertos por una membrana mucosa en la nariz o cavidad nasal. Dichos huesecillos en forma de turbinas proporcionan un efecto protector contra el aire que se respira. El aire pasa a través de la farifige o parte trasera de la garganta, bajando a través de la laringe. Es en este punto donde la epiglotis permanece abierta para respirar, pero cerrando este paso de aire hacia la laringe cuando traga. Desde la laringe el aire pasa a través de los cartílagos de la tráquea, bajando por el conducto traqueal hacia la cavidad torácica en donde la tráquea se divide en una serie de tubos más pequeños conocidos como bronquios.
Cada bronquio se proyecta dentro del pulmón y se divide posteriormente en otras bronquiolas más y más pequeñas hasta llegar a formarse unas pequeñísimas bronquiolas, las cuales finalmente se convierten en un simple conducto que se abre formando una especie de área secular conocida como alvéolo. Es en el alvéolo donde el oxígeno procedente del aire es absorbido a través de las células y llevado a la corriente sanguínea. El dióxido de carbón que ha sido recogido en las células y traído de nuevo a los pulmones pasa a través de la corriente sanguínea al alvéolo y es expulsado al aire que le rodea por medio de la expiración.
Los pulmones son unos órganos esponjosos muy suaves. El proceso de la respiración se realiza por medio de los músculos de las costillas y el diafragma. Este músculo es similar a una cortina que se extiende desde la parte superior de la cavidad torácica, deslizándose hacia el fondo de la misma detrás de los pulmones. Cuando el diafragma se contrae al igual que un músculo da lugar a un aumento de tamaño en la cavidad torácica causando una presión negativa en los pulmones y forzando el paso del aire a través del conducto respiratorio.
Cada bronquio se proyecta dentro del pulmón y se divide posteriormente en otras bronquiolas más y más pequeñas hasta llegar a formarse unas pequeñísimas bronquiolas, las cuales finalmente se convierten en un simple conducto que se abre formando una especie de área secular conocida como alvéolo. Es en el alvéolo donde el oxígeno procedente del aire es absorbido a través de las células y llevado a la corriente sanguínea. El dióxido de carbón que ha sido recogido en las células y traído de nuevo a los pulmones pasa a través de la corriente sanguínea al alvéolo y es expulsado al aire que le rodea por medio de la expiración.
Los pulmones son unos órganos esponjosos muy suaves. El proceso de la respiración se realiza por medio de los músculos de las costillas y el diafragma. Este músculo es similar a una cortina que se extiende desde la parte superior de la cavidad torácica, deslizándose hacia el fondo de la misma detrás de los pulmones. Cuando el diafragma se contrae al igual que un músculo da lugar a un aumento de tamaño en la cavidad torácica causando una presión negativa en los pulmones y forzando el paso del aire a través del conducto respiratorio.
Orificios nasales
Cavidad nasal
Paladar
Cavidad bucal
Faringe
Epiglotis
Laringe
Traquea
Bifurcación de la traquea
Bronquios primarios
Bronquios secundarios
Corazón
Pulmón
Bronquios primarios
Diafragma
Bronquios secundarios
Terminación bronquial
Saco alveolar
Alvé
El aire se introduce en el sistema respiratorio a través de los orificios nasales atravesando una especie de huesecillos en forma de espirales cubiertos por una membrana mucosa en la nariz o cavidad nasal. Dichos huesecillos en forma de turbinas proporcionan un efecto protector contra el aire que se respira. El aire pasa a través de la farifige o parte trasera de la garganta, bajando a través de la laringe. Es en este punto donde la epiglotis permanece abierta para respirar, pero cerrando este paso de aire hacia la laringe cuando traga. Desde la laringe el aire pasa a través de los cartílagos de la tráquea, bajando por el conducto traqueal hacia la cavidad torácica en donde la tráquea se divide en una serie de tubos más pequeños conocidos como bronquios.
Cada bronquio se proyecta dentro del pulmón y se divide posteriormente en otras bronquiolas más y más pequeñas hasta llegar a formarse unas pequeñísimas bronquiolas, las cuales finalmente se convierten en un simple conducto que se abre formando una especie de área secular conocida como alvéolo. Es en el alvéolo donde el oxígeno procedente del aire es absorbido a través de las células y llevado a la corriente sanguínea. El dióxido de carbón que ha sido recogido en las células y traído de nuevo a los pulmones pasa a través de la corriente sanguínea al alvéolo y es expulsado al aire que le rodea por medio de la expiración.
Los pulmones son unos órganos esponjosos muy suaves. El proceso de la respiración se realiza por medio de los músculos de las costillas y el diafragma. Este músculo es similar a una cortina que se extiende desde la parte superior de la cavidad torácica, deslizándose hacia el fondo de la misma detrás de los pulmones. Cuando el diafragma se contrae al igual que un músculo da lugar a un aumento de tamaño en la cavidad torácica causando una presión negativa en los pulmones y forzando el paso del aire a través del conducto respiratorio.