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La conquista de Chile por Pedro de Valdivia. En 1539 Pedro de Valdivia (1497-1553), maestre de campo de Francisco Pizarro en la guerra contra Almagro y experimentado soldado procedente de los tercios de Flandes e Italia, solicitó a su capitán y gobernador autorización para realizar una expedición a Chile.
En la década de 1630, la dinastía que gobernaba China desde el siglo XIV, los Ming, se estaba tambaleando. Las crónicas de esos años reflejan la existencia de un ambiente de crisis general, con inundaciones, sequías, epidemias y una sucesión de hambrunas en el país. Surgieron también bandas de forajidos, formadas sobre todo por desertores y licenciados del ejército, que asolaban extensas regiones del Imperio.
El débil emperador Chongzhen parecía incapaz de cumplir su misión sagrada de mantener el orden, como denunciaba una canción popular de la época: "Venerable amo del cielo, / te haces viejo, tus oídos están sordos y te falla la vista. / No ves a la gente ni oyes las palabras. / Gloria a los que matan e incendian; para los que ayunan y leen las escrituras, muerte por inanición. / Cae, venerable amo del cielo, ¿cómo puedes estar tan alto? / Desciende a la tierra".
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Andrea1957
Los taiwaneses renuncian a crear un nuevo país, pero en el Tibet se revelan los lamas, Desde que nació en una área del norte relativamente pequeña con la dinastía Zhou, entre los siglos XVII y XI aC, China se extendió no porque sus emperadores invadieran territorios nuevos, sino porque desde el exterior llegaban conquistadores que establecían su propia dinastía imperial tras incorporar sus territorios de origen.
Así, los mongoles aportaron gran parte del oeste y del sur, incluyendo el Tibet, junto con las regiones musulmanas, previamente invadidas por pueblos de raíz turca y persa.
Ni la Gran Muralla paró a los invasores. Los que conquistaban Pekin se apoderaban del imperio haciéndolo cada vez más grande. La última dinastía, la Qing, caída en 1912, era producto de la aportación manchú en 1616.
Filipinas estaba al lado de China, y no fue invadida por ese país, sino por España. Y en el siglo XIX Inglaterra, declaró las Guerras del Opio, hizo de las costas chinas parte de su territorio, y no impuso una dinastía quizás porque no quiso. Si lo hubiera deseado, la actual reina, Isabel II, viviría con emperatriz china en la Ciudad Prohibida.
En la década de 1630, la dinastía que gobernaba China desde el siglo XIV, los Ming, se estaba tambaleando. Las crónicas de esos años reflejan la existencia de un ambiente de crisis general, con inundaciones, sequías, epidemias y una sucesión de hambrunas en el país. Surgieron también bandas de forajidos, formadas sobre todo por desertores y licenciados del ejército, que asolaban extensas regiones del Imperio.
El débil emperador Chongzhen parecía incapaz de cumplir su misión sagrada de mantener el orden, como denunciaba una canción popular de la época: "Venerable amo del cielo, / te haces viejo, tus oídos están sordos y te falla la vista. / No ves a la gente ni oyes las palabras. / Gloria a los que matan e incendian; para los que ayunan y leen las escrituras, muerte por inanición. / Cae, venerable amo del cielo, ¿cómo puedes estar tan alto? / Desciende a la tierra".
Así, los mongoles aportaron gran parte del oeste y del sur, incluyendo el Tibet, junto con las regiones musulmanas, previamente invadidas por pueblos de raíz turca y persa.
Ni la Gran Muralla paró a los invasores. Los que conquistaban Pekin se apoderaban del imperio haciéndolo cada vez más grande. La última dinastía, la Qing, caída en 1912, era producto de la aportación manchú en 1616.
Filipinas estaba al lado de China, y no fue invadida por ese país, sino por España. Y en el siglo XIX Inglaterra, declaró las Guerras del Opio, hizo de las costas chinas parte de su territorio, y no impuso una dinastía quizás porque no quiso. Si lo hubiera deseado, la actual reina, Isabel II, viviría con emperatriz china en la Ciudad Prohibida.