a sociedad musulmana en Túnez es diferente de la de Egipto o Arabia Saudí. Un Estado islámico es un Estado justo que respeta los valores religiosos y culturales de su población”.
Afincado en Estados Unidos desde hace tres décadas, Radwan Masmoudi no dudó en regresar a su país natal, Túnez, tras la caída del dictador Zine el Abidine ben Ali para hacer realidad su sueño: contribuir a la democratización del país y participar en el momento de cambio que toda la región estaba experimentando. Doctorado por el Massachusetts Institute of Technology, este ingeniero mecánico se dedica desde hace más de 12 años a promover la misión del Center for the Study of islam and Democracy en Washington, que consiste en ofrecer una visión abierta y democrática del islam y fomentar las relaciones entre EE UU y el mundo musulmán. Próximo al islamismo tunecino, Masmoudi se presentó a las primeras elecciones tunecinas, pero decidió hacerlo en una lista independiente junto con otros exponentes del islamismo como Abdelfattah Muru o Slaheddine Jurchi. Aunque la victoria electoral fuera para la lista de Ennahda, Masmoudi sigue vinculado al proceso político de su país, donde ha creado una antena de su Centro en el que se debate y reflexiona tanto sobre la compatibilidad entre islam, islamismo y democracia, como sobre el futuro democrático de Túnez y, por extensión, del mundo árabe. afkar/ideas ha conversado con él sobre el proyecto político islamista y su visión del Estado.
Afkar/Ideas: ¿Cuál sería el modelo de Estado que debería construirse según los partidos islamistas?
Radwan Masmoudi: El debate sobre la compatibilidad entre un sistema político organizado en forma de Estado y los valores del islam data de dos décadas por lo menos. Al principio, la cuestión se resumía en un razonamiento simplista según el cual un Estado islámico aplica los principios coránicos al pie de la letra. Pero hoy, la sharia no es algo inamovible. El modelo islámico del Profeta es indisociable de las circunstancias históricas particulares. Además, los objetivos del Estado son más importantes que las propias leyes, y para ser islámico el Estado tiene que ser justo. Cabe recordar que los valores principales del islam son la justicia, la igualdad, la libertad y el desarrollo. Un Estado islámico no es un Estado religioso o teocrático, puesto que por definición la religión no puede ser impuesta. Es una elección, una convicción. Si no, la población acabará rechazándola.
Por ello, hay que tener en cuenta la actuación del Estado más que sus principios, y esta gestión estatal no tiene que sacrificar los valores que se encuentran en el corazón del proyecto islámico. El Corán menciona el término justicia más de 300 veces. Es el valor más defendido por la tradición islámica. Podemos tener diferentes interpretaciones en cuanto a la manera de implementar la justicia. El Estado tiene que permitir que el pueblo ejerza su libertad, que es un valor compartido por los islamistas puesto que ellos han sufrido directamente la represión como movimiento político. Luchan contra la opresión, también contra la opresión en nombre de la religión. Por definición, un Estado islámico es un Estado que promueve los valores islámicos, a los que cada vez más pensadores islamistas como Rachid Ghanuchi hacen referencia (justicia, igualdad, derechos humanos, transparencia, etcétera). La cuestión reside en qué entendemos por valores islámicos.
a sociedad musulmana en Túnez es diferente de la de Egipto o Arabia Saudí. Un Estado islámico es un Estado justo que respeta los valores religiosos y culturales de su población”.
Afincado en Estados Unidos desde hace tres décadas, Radwan Masmoudi no dudó en regresar a su país natal, Túnez, tras la caída del dictador Zine el Abidine ben Ali para hacer realidad su sueño: contribuir a la democratización del país y participar en el momento de cambio que toda la región estaba experimentando. Doctorado por el Massachusetts Institute of Technology, este ingeniero mecánico se dedica desde hace más de 12 años a promover la misión del Center for the Study of islam and Democracy en Washington, que consiste en ofrecer una visión abierta y democrática del islam y fomentar las relaciones entre EE UU y el mundo musulmán. Próximo al islamismo tunecino, Masmoudi se presentó a las primeras elecciones tunecinas, pero decidió hacerlo en una lista independiente junto con otros exponentes del islamismo como Abdelfattah Muru o Slaheddine Jurchi. Aunque la victoria electoral fuera para la lista de Ennahda, Masmoudi sigue vinculado al proceso político de su país, donde ha creado una antena de su Centro en el que se debate y reflexiona tanto sobre la compatibilidad entre islam, islamismo y democracia, como sobre el futuro democrático de Túnez y, por extensión, del mundo árabe. afkar/ideas ha conversado con él sobre el proyecto político islamista y su visión del Estado.
Afkar/Ideas: ¿Cuál sería el modelo de Estado que debería construirse según los partidos islamistas?
Radwan Masmoudi: El debate sobre la compatibilidad entre un sistema político organizado en forma de Estado y los valores del islam data de dos décadas por lo menos. Al principio, la cuestión se resumía en un razonamiento simplista según el cual un Estado islámico aplica los principios coránicos al pie de la letra. Pero hoy, la sharia no es algo inamovible. El modelo islámico del Profeta es indisociable de las circunstancias históricas particulares. Además, los objetivos del Estado son más importantes que las propias leyes, y para ser islámico el Estado tiene que ser justo. Cabe recordar que los valores principales del islam son la justicia, la igualdad, la libertad y el desarrollo. Un Estado islámico no es un Estado religioso o teocrático, puesto que por definición la religión no puede ser impuesta. Es una elección, una convicción. Si no, la población acabará rechazándola.
Por ello, hay que tener en cuenta la actuación del Estado más que sus principios, y esta gestión estatal no tiene que sacrificar los valores que se encuentran en el corazón del proyecto islámico. El Corán menciona el término justicia más de 300 veces. Es el valor más defendido por la tradición islámica. Podemos tener diferentes interpretaciones en cuanto a la manera de implementar la justicia. El Estado tiene que permitir que el pueblo ejerza su libertad, que es un valor compartido por los islamistas puesto que ellos han sufrido directamente la represión como movimiento político. Luchan contra la opresión, también contra la opresión en nombre de la religión. Por definición, un Estado islámico es un Estado que promueve los valores islámicos, a los que cada vez más pensadores islamistas como Rachid Ghanuchi hacen referencia (justicia, igualdad, derechos humanos, transparencia, etcétera). La cuestión reside en qué entendemos por valores islámicos.